viernes, 21 de enero de 2011

LOS CATOLICOS DE ORIENTE.

En septiembre de 2009 Benedicto XVI se reunía en Castel Gandolfo con siete patriarcas orientales: el maronita Nasrallah Boutros Sfeir, el armeno católico Bédros XIX, el siro-católico Ignace Youssef III Younane, el melquita Gregorio III, el caldeo Emmanuel Delly, el Patriarca latino de Jerusalén Fouad Twal y el copto Antonios Nagib. En septiembre de 2010 será el Sínodo de los Obispos para Oriente Medio.
En las Tradiciones católicas orientalessui iuris, además de los maronitas y los coptos, hay los melquitas, los armenios, los sirios y los caldeos. En el pasado se les llamó despectivamente los uniatas. Hoy día dependen de la Congregación para las Iglesias Orientales, organismo creado en 1862 por Pío IX, entonces dependiente de Propaganda fidei. Están gobernadas por el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales, promulgado por Juan Pablo II el 18 de octubre de 1990, y que entró en vigor el 1 de octubre de 1991.
Dice el Vaticano II que “De acuerdo con la Divina Providencia que ha venido sobre las varias iglesias fundadas por los apóstoles y sus sucesores en varios lugares (…) aunque la unidad de la fe y la unidad de la divinamente establecida Iglesia Universal permanece intacta, esas comuniones tienen sus propias formas, sus propios ritos litúrgicos, y sus propias herencias teológicas y espirituales... Esa diversidad de iglesias locales dirigidas en una maravillosa unidad, prueba la catolicidad de la unidad de la Iglesia” (Lumen gentium).
Melquitas
La Iglesia greco-católica melquita, es una iglesia oriental católica de rito bizantino (en su variante griega), es decir, es una iglesia particular (sui iuris) de la Iglesia católica que goza de autonomía y está en plena comunión con el Papa.

Esta iglesia seguía la fe calcedoniana del Emperador (Malka en sirio) de Bizancio cuando tras el Concilio de Calcedonia (451), muchos cristianos orientales se hicieron monofisitas en los Patriarcados de Antioquía, Alejandría y Jerusalén. No aceptaron el rito que con el tiempo impuso el patriarcado de Constantinopla a todo Oriente. La invasión árabe y las cruzadas cristianas impulsaron este predominio de Constantinopla y así los ritos originarios fueron sustituidos por los bizantinos.

La Iglesia melquita tuvo su origen en Medio Oriente pero hoy los católicos melquitas se hayan dispersos también por otros continentes, contando en la actualidad con 1.500.000 fieles. Sus fieles son originalmente de lengua árabe. La sede del Patriarca se encuentra en Damasco desde 1833 y de ella dependen cinco metropolías: Alepo, Beirut, Bosra, Homs y Tiro. En el siglo XVII ya buscaron la unión con Roma después de 7 siglos de separación tras los hechos del Cisma de 1054, en tiempos de Miguel Cerulario.

En 1724 se formalizó la plena unión cuando fue elegido el pro-occidental Cirilo VI como Patriarca de Antioquía. Jeremías III, Patriarca de Constantinopla declaró inválida la elección, lo excomulgó y nombró al monje griego Silvestre al frente de esa sede. En 1729 Benedicto XIII reconoció a Cirilo VI como el legítimo. Desde 1772 el Patriarca de Antioquía pasó a ser el "administrador de Alejandría de los Melquitas" y "administrador para los melquitas de Jerusalén". A partir de 1838 Máximos III Mazloum fue reconocido ad personam como "Patriarca Católico Greco-Melquita de Antioquía y Todo el Oriente, Alejandría y Jerusalén" y nombró un vicario patriarcal para cada sede: Damasco, Alejandría y Jerusalén. En 1829, por concesión otomana, pudieron organizarse como los demás cristianos en grupo civil bajo su propio Patriarca.
Hoy el Patriarca de Antioquía de los greco-melquitas es su Beatitud Gregorios III Laham y monseñor Abdo Arbach es el exarca apostólico de los melquitas de la Argentina, nombrado por Benedicto XVI en octubre de 2006. Ese Exarcado fue erigido por Juan Pablo II en abril de 2002.
Participarán en el próximo Sínodo de Obispos para Oriente Medio cuyo lema es “la multitud de los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma”. En mayo de 2008, Benedicto XVI les alentaba en su tarea evangelizadora cuyo interés radica en que son fieles de lengua árabe. Los casi 300 peregrinos de esta iglesia fueron recibidos por el Papa en la sala Clementina.

Iglesia católica siria
Como las otras iglesias orientales, tras la separación de Roma tras el Concilio de Calcedonia (451), retornó a la unión en 1656. Como la Maronita y la Siro-Malankara, siguen el rito antioqueno. Antioquía fue la primera sede de Pedro desde que los discípulos se dispersaron de Jerusalén ante la persecución encadenada contra los seguidores de Jesús de Nazaret y el martirio del apóstol Santiago el menor.
El Patriarca de Antioquía y todo Oriente de los sirios reside en Beirut. Actualmente es su Beatitud Ignacio José III Younan, desde el 20 de enero de 2009.
Ya desde las cruzadas, los sirios eran favorables a la unión con Roma y también tras el decreto del Concilio de Florencia (1444) pero todo quedó en buenas intenciones y en papel mojado. Desde 1626 los jesuitas y capuchinos empezaron a trabajar en Alepo y hubo unión desde el 56 aunque duró sólo hasta 1702 en que murió el Patriarca católico. El santo Sínodo Ortodoxo Sirio eligió como Patriarca al metropolita de Alepo en 1782 que enseguida se declaró católico y tuvo que huir al Líbano donde construyó el monasterio de Nuestra Señora de Sharfeh. En la 1GM hubo una masacre de sirios católicos, eliminándose a casi la mitad de los 75 mil fieles. Desde 1920 la capital eclesial es Beirut a donde se trasladó en Patriarca. Éste siempre toma el nombre de Ignacio añadido a otro, en honor de san Ignacio de Antioquía, el santo obispo mártir, sucesor de Evodio que a su vez sucedió a Pedro cuando se fue a Roma. Ignacio, con 80 años y 40 de obispo, fue conducido a Roma para ser ejecutado por las fieras en tiempos de Trajano (98-117).

Iglesia católica armenia
Tras el Concilio de Calcedonia (541) también se separaron de los calcedonianos por creer que recaían en el nestorianismo y traicionaban al Concilio de Éfeso (431). A los escindidos se les llamaba monofisitas. La unión se restableció teóricamente con el Concilio de Florencia (1439) pero no tuvo ninguna repercusión práctica hasta 1740, cuando Abraham Bedros Ardzivian fue nombrado Patriarca de Cilicia. Tomó el nombre de Abraham Pedro I y desde entonces todos los Patriarcas son Pedro. Dos años después Benedicto XIV estableció la Iglesia Armenia.
A partir de 1828 comunidades católicas armenias quedaron bajo control del Imperio ruso en Armenia, es por eso que Pío IX creó para ellos la Eparquía de Artvin en 1850, con jurisdicción sobre todo el Imperio. La represión de los zares hizo que en los siguientes 40 años la diócesis fuera abandonada y a partir de 1912 los fieles armenios quedaran bajo jurisdicción del obispado latino de Tiraspol.
También hay armenios en Polonia desde 1620, después de la Unión de Leopolis por Mikołaj (Nicholas) Torosowicz. Un grupo de sus miembros emigraron a Suecia, donde poseen su propia capilla.
Su territorio canónico abarca Líbano, Siria, Israel, Palestinos, Jordania, Egipto, Iraq, Turquía e Irán. La Iglesia es presidida por el Patriarca que lleva el título de Patriarca Catolicós de Cilicia de los armenios católicos. Desde 2006 el patriarca es Nerses Pedro XIX.

Iglesia católica caldea
Esta iglesia desciende de la Iglesia Asiria de Oriente que tiene sus raíces en la tradición por la que el apóstol Tomás llevó allí el evangelio en su viaje hasta la India. Fue acompañado por Addai, uno de los otros 72 discípulos de Jesús. Posteriormente podría también llegar el anuncio por cristianos procedentes de Edesa. En el siglo III aparece ya como iglesia organizada, con liturgia propia, y dependiente de la iglesia madre de Antioquía.
Durante el reinado de Saphor II (341-379) tuvo lugar la persecución más cruenta y que dio muchos (innumerables) mártires. En ese siglo IV el obispo de Seleucia-Ctesifonte se emancipó de Antioquía y se proclamó Catholicós de toda Persia o Iraq. En el 424, un Sínodo dio un paso más hacia la independencia que se vio facilitada con motivo de no aceptar el Concilio de Éfeso (431) y permanecer en la herejía nestoriana que niega la divinidad de Jesucristo.
Durante el dominio islámico de los Abasíes, recibieron un trato privilegiado y sus monjes (portadores de la luz) se lanzaron a la evangelización de Asia por la ruta de la seda. Fundaron comunidades cristianas en el Tibet, la India, China y Mongolia. En el siglo IX contaba con 245 diócesis. Los relatos de Marco Polo (+1324 con 70 años) confirman la posición de los cristianos en la corte mongol. La brutal persecución de Tamerlan (+1405 con 69 años) dejó el cristianismo casi arrasado.
En el siglo XV se decretó que el Patriarca tenía que ser un descendiente de Mar Simón IV. La discrepancia aumentó hasta 1552 en que un grupo de obispos se negaron a aceptar la sucesión hereditaria y se independizaron. Eligieron al abad Mar Juan VIII Sulaqa que viajó a Roma a encontrarse con el Papa.
Un siglo después (1662), Mar Simón XIII Dinja rompió con Roma y llevó su sede al Kurdistán. Roma nombró un nuevo Patriarca para gobernar a los caldeos que seguían siendo fieles. En 1996 se entrevistaron el patriarca católico Mar Rafael I Bidawad y el asisirio Mar Dinja IV para iniciar una eventual unión.
Desde 1830, con Pío VIII el cabeza de los católicos es llamado el Patriarca de Babilonia de los Caldeos. Hoy la situación de los católicos en Irak es un calvario, tras la invasión de los USA. Grupos islamistas secuestraron y martirizaron al arzobispo de Mosul Paulus Faraj Rahho. Era el 12 de marzo de 2008 y contaba con 65 años.
Hoy día son casi un millón y medio de fieles aunque muchos viven en el extranjero: Australia, USA, Francia, Egipto y Turquía.
Durante la 1GM las tropas turcas amenazaron de genocidio a los cristianos asirios y caldeos del Kurdistan. Ante la amenaza real mientras se daba el genocidio armenio, la población cristiana, con el Patriarca asirio a la cabeza, abandonó las montañas de Hakkari en junio de 1915, en donde habían vivido desde el siglo XV emigrando de su patria por la inseguridad ciudadana y persecución religosa. Y se trasladaron a pie, como cruel transmigración bíblica, al Azerbaiyán ruso. En este éxodo dramático hubo 90.000 muertos y la destrucción de 154 iglesias.
Terminada la guerra, Turquía impidió la vuelta de los supervivientes. A partir de ese momento, la Iglesia asiria se convierte en comunidad de refugiados en busca de hogar. Lo hallan finalmente en el Kurdistán iraquí, entonces bajo dominio británico. Pero años después, en 1933, Irak accede a la independencia y niega al Patriarca el reconocimiento de su papel político como habían hecho antes, con sus antecesores, “los reyes sasánidas, los califas del islam, los Khanes mongoles y los sultanes otomanos”. Este rechazo suponía para los nestorianos el abandono de la idea de formar una nación en el Kurdistán.