El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha sido fuertemente criticado por su intolerancia hacia el arte, tras pedir el derribo de una escultura erigida en la ciudad oriental de Kars como símbolo de amistad entre los pueblos turco y armenio, que calificó de "abominación". |
El ministro de Cultura turco, Ertugrul Günay, trató de minimizar las declaraciones de Erdogan, alegando que su formación política, el islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), es "respetuosa" con todo tipo de expresión artística y que su gobierno busca una "solución de compromiso". La escultura en cuestión muestra un cuerpo humano de 30 metros de altura dividido en dos como símbolo de la separación entre Armenia y Turquía, cuya frontera -a 40 kilómetros de Kars- permanece cerrada desde 1993 a causa de las desavenencias entre ambos países. El monumento fue construido durante el mandato del ex alcalde de la ciudad Naif Alibeyoglu, quien trabajó por la reconciliación entre ambos pueblos y terminó abandonando el AKP y uniéndose a la oposición por sus desavenencias con la cúpula del partido gobernante. La población de Kars reclama la apertura de la frontera con Armenia ya que considera que favorecerá el desarrollo económico de la zona. Aún así, grupos nacionalistas han protestado en varias ocasiones contra el monumento de Kars por creer que es una suerte de "disculpa" hacia el pueblo armenio, que reclama que se reconozcan como genocidio las matanzas de cientos de miles de armenios a manos del gobierno del Imperio Otomano durante la primera Guerra Mundial. El renombrado escultor turco Mehmet Aksoy, autor de la estatua de Kars, reaccionó duramente contra la petición del primer ministro, que calificó de propia de los "talibanes". Las declaraciones de Erdogan recuerdan a la actuación del alcalde de Ankara, Melih Gökcek, del mismo partido, que ordenó la retirada de una escultura de dos personas abrazándose situada en las calles de la capital turca. |