Llega puntual y su aspecto recuerda más al de un roquero que al de uno de los astrofísicos de mayor proyección internacional. Garik Israelian (Ereván, Armenia 1968) confiesa, con una sonrisa oceánica, que no dispone de mucho tiempo, por lo que se apresura a pedir un clásico desayuno de sándwich y café con leche. Israelian lleva una vida ajetreada con interminables reuniones y proyectos de investigación en el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC). Actividad acrecentada tras recibir, en 2010, el premio Viktor Ambartsumian.
Israelian participó en el equipo de Michel Mayor, que en 1995 descubrió el primer planeta extrasolar. Un descubrimiento que abrió la puerta a una nueva dimensión de la astrofísica, ya que en menos de 15 años hallaron más de 500 planetas fuera de nuestro sistema solar. "Estamos descubriendo planetas a un ritmo increíble. Y es más probable que existan billones iguales a la Tierra aún desconocidos. La gran mayoría de estrellas tienen planetas pequeños como el nuestro, son más comunes que planetas gigantes gaseosos tipo Júpiter", explica.
El camino de Israelian no ha sido fácil, y sus pinitos en el mundo de la ciencia comenzaron de forma tardía y poco ortodoxa. "Era mal estudiante, pero un día vi la película Solaris (1972) y todo cambió". El filme de Tarkosky abrió la mente del investigador armenio, acercándole al género de la ciencia ficción, y del que, aún hoy, asegura: "Es más importante que la propia astronomía porque acerca a los jóvenes a la ciencia". Así, comenzó a leer todos los libros de ciencia ficción que caían en sus manos y, durante un año, devoró toda la bibliografía de este género. Tardó en entrar en la Universidad y sobrevivió trabajando de tramoyista en un teatro, empleando las noches para estudiar Física. "Fue importante para mí educarme sólo, así aprendí a resolver problemas por mi cuenta, siempre quería hacer las cosas solo".
Además de la física teórica, aprendió a tocar el piano y montó una banda de rock a imitación de su grupo favorito, Queen. Paradojas del destino, y de la Astrofísica, Israelian entablaría amistad con el guitarrista de la mítica formación británica, Brian May, también astrofísico, que suele veranear en Tenerife. "Por primera vez pude hablar con una estrella sin necesidad de observar su espectro a miles de años luz", señala sonriendo.
Apura el café mientras un rayo de sol violenta la cristalera. "¿Ves? Por eso vine a España". Sol, tranquilidad y la posibilidad de descubrir planetas extrasolares. Esa es la principal motivación del investigador armenio, que le ha llevado a publicar tres artículos en la revista Nature. "Nos machacaron con nuestro artículo sobre un agujero negro ubicado en un sistema binario con un agujero negro masivo que tiene una estrella muy similar al Sol. Pero pudimos probar, gracias a los espectros, que las supernovas pueden producir agujeros negros. Tuvimos que pasar cuatros controles de astrofísicos de prestigio para se publicara".
Su entusiasmo se desborda cuando explica su último proyecto: el festival Starmus. Un homenaje al cosmonauta Yuri Gagarin que se celebrará en Tenerife y la Palma en junio, y que reunirá a pioneros de la carrera espacial como Alexei Leonov o Valentina Tereshkova. "Por una vez y quizás la última, se reunirán los pioneros del espacio para recalcar que el descubrimiento del cosmos cambiará nuestro mundo".