¿Cómo hizo un grupo de parlamentarios uruguayos para quedar en el medio de un conflicto milenario de Asia Central? Una delegación a Armenia, una visita fuera de agenda y el enojo de Azerbaiyán.
La guerra por el enclave Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán duró de 1991 a 1994, pero en realidad nunca terminó del todo: los países continúan con actos hostiles. Ese conflicto entre armenios y azeríes tiene miles de años de historia.
A ese campo minado entró una delegación parlamentaria uruguaya en noviembre del año pasado y generó un conflicto diplomático que recién la semana pasada quedó "superado" cuando el prosecretario de Presidencia, Diego Cánepa, viajó hasta la capital de Azerbaiyán, Bakú, y se reunió con las autoridades azeríes. En noviembre, una delegación integrada por Jorge Orrico como presidente de la Cámara de Diputados, y con representantes de todos los partidos con bancas en el Parlamento uruguayo, llegó a Ierevan, la capital armenia, para concretar los primeros negocios entre los países.
A pesar del buen renombre de Uruguay entre los armenios -entre otras cosas porque Uruguay fue el primer país que reconoció oficialmente el genocidio cometido por Turquía contra los armenios-, no había siquiera una Cámara de Comercio Uruguay-Armenia. La cosa venía bárbara: hubo hasta condecoraciones del más alto rango de la nación armenia a Orrico. "Para mí fue muy emocionante", recuerda el legislador de Asamblea Uruguay. "Fui el primer presidente de una Cámara de Diputados que llegaba a la República de Armenia. Además, me condecoraron por partida doble: en el Parlamento y en la Universidad, que fue una cosa maravillosa, ante más de 500 personas".
Pero una visita de la delegación uruguaya a la zona de Nagorno-Karabaj molestó a Azerbaiyán, que protestó formal y duramente ante la Cancillería uruguaya. Ya nos tenían entre ceja y ceja: en julio, la diputada Susana Pereyra fue observadora en un plebiscito para decidir si Naborno Karabaj era un estado soberano, la opción que ganó para molestia de Baku.
Con ese antecedente no ayudó siquiera que, como dijeron algunos de los integrantes de la delegación, Orrico declarara en Armenia que la visita a Nagorno-Karabaj "de modo alguno" significaba un reconocimiento de Uruguay al buscado status estatal del enclave. Orrico no quiso hacer nuevas declaraciones sobre la visita a Nagorno-Karabaj. "Ya presenté mi informe ante el Parlamento. A eso me remito", dijo a Qué Pasa. Otro integrante de la delegación, el también frenteamplista Ruben Martínez Huelmo, fue algo más locuaz y sostuvo que, como legislador, tiene una "posición tomada" respecto al conflicto entre los países y denunció que "Azerbaiyán, en una actitud violatoria de todos los derechos humanos, amenazó con derribar todos los aviones que vayan hacia esa Nagorno-Karabaj".
COMBUSTIBLES. Por qué visitar, como representación parlamentaria oficial, una zona en disputa entre dos países, no tuvo una respuesta inequívoca en la ronda de consultas que efectuó Qué Pasa. La postura oficial uruguaya, que tiene más contemplaciones con las reivindicaciones armenias que las azeríes por razones históricas, puede ser una respuesta. Otra, que la visita a Nagorno-Karabaj tomó por sorpresa a los integrantes de la comisión, al menos según lo que cuentan Ricardo Planchón, del Partido Nacional, y Daniel Radío, del Partido Independiente. "Yo me enteré en una cena. En lo previo, ninguno de nosotros los sabíamos", dijo Planchón, quien formó parte de la delegación a Armenia.
Daniel Radío del Partido Independiente, en tanto, aportó que en la agenda con la que se manejaron los parlamentarios no decía nada de un viaje hacia el disputado territorio. En el espacio correspondiente a ese día y hora decía "Visitas Culturales".
Ante algo que se presentaba como un hecho consumado, los legisladores del oficialismo se contactaron con las autoridades partidarias y del Poder Ejecutivo para obtener un respaldo e instrucciones de cómo proceder, de acuerdo a Planchón. Con todo, remarca que apoyó todas las declaraciones de Orrico mientras duró la visita. Y recordó que los delegados parlamentarios no vivieron lo ocurrido como "una crisis". "Fue una desconexión entre legisladores y el Ejecutivo", dice.
El incidente, como todos, fue además inoportuno: unos meses antes el canciller azarí, lmar Mammadyarov, había visitado Uruguay para discutir un posible intercambio comercial. Esa visita, además, motivó declaraciones de preocupación de representantes de la colectividad armenia en Uruguay.
Es que Asia Central es una región que solo crecerá en importancia. Azerbaiyán tiene importantes reservas de petróleo -las conversaciones del canciller azerí en su visita a Uruguay en julio fueron sobre posibles acuerdos con Ancap- y en la región también hay significativas cantidades de gas natural, el combustible del futuro, según entendidos. "Siempre fue una zona que desde el punto de vista estratégico fue muy importante", dice el analista militar Tilio Coronel.
"Algunos expertos en geopolítica llaman a Asia Central `el corazón del mundo`, particularmente por los recursos energéticos que hay en todos esos países", dice Coronel. "En el Siglo XIX, por ejemplo, el imperio británico y la Rusia zarista se disputaron esa zona, que sigue estando en la mira de las grandes potencias". Orrico, por su parte, señaló que las ubicaciones geográficas de Armenia, Azerbaiyán y Uruguay son elementos a tener en cuenta. Las naciones beligerantes son, según el presidente de Diputados, la puerta de entrada los demás países de Asia Central, y Uruguay se presenta como el equivalente para el Cono Sur.
Tanto Coronel como otras fuentes señalaron que está en el interés de Uruguay colocar en los mercados de los países de Asia Central carne, cereales, lácteos y otros productos. Las varias visitas realizadas tanto a Armenia como a Azerbaiyán -otra delegación multipartidaria fue a ese país un poco antes que la que viajó a Armenia- dan cuenta de ese interés uruguayo de estrechar lazos con las repúblicas de Asia Central -todas parte del imperio soviético durante la Guerra Fría- para conquistar nuevos mercados e intentar achicar la ventaja que le llevaría a Uruguay sus vecinos.
La visita a Nagorno-Karabaj habría puesto en peligro las sensibles negociaciones entre Uruguay y los países en conflicto, pero para Cachón y Martínez Huelmo no es para tanto. El diputado de Unidad Nacional le restó importancia al incidente al elegir hablar de una "desconexión" en vez de crisis, y señaló que el presidente de la delegación se atuvo en todo momento a la postura oficial del Estado uruguayo. Martínez Huelmo, en tanto, dijo que una cosa es el Poder Legislativo y otra, el Ejecutivo: "Los parlamentarios no nos ceñimos por la Cancillería".
Diego Cánepa, recientemente regresado de Azerbaiyán, dijo que en Asia Central hay varios países emergentes, entre ellos Kajazstán y Turkmenistán, que serán cada vez más importantes para colocar productos uruguayos y que la visita al país ofendido por la visita de los parlamentarios uruguayos fue productiva. Según el prosecretario, habrá una apertura "muy importante" en el mercado de Azerbaiyán para exportaciones uruguayas.
Para el recién llegado prosecretario Cánepa, el tema de la visita de los parlamentarios "está totalmente superado". Es de esperar que los azaríes piensen lo mismo.
UN PAÍS QUE CRECE
Formalmente reconocida como república independiente en 1991, Azerbaiyán alcanzó en pocos años indicadores económicos, sociales y culturales altos en comparación con sus vecinos.
ESCENARIO
UNA GUERRA QUE AÚN NO TERMINA
El conflicto por el territorio entre Armenia y Azerbaiyán llevó seis años y causó 25.000 muertes. Más allá de que se acordó un alto al fuego en 1994, las hostilidades continuaron y hay quienes temen un rebrote de la violencia.
Una zona con una fuerte influencia de Teherán
Negociar con los países de Asia Central es tratar con países donde el Islam es la religión preponderante, dice la profesora de Cátedra de Islam y Mundo Árabe, Susana Mangana. Sin embargo, añade, se trata por lo general de posturas menos belicosas hacia los intereses "occidentales" que las demostradas por autoridades o grupos influyentes afganos, por ejemplo. "Donde sí importa la religión es en los vínculos que todas las ex repúblicas soviéticas de esa región es en la relación con Irán, que es una potencia regional, más o menos de la misma manera que Brasil lo es en América Latina", dice Mangana. "No hay que olvidar que gran parte de esa región fue parte del antiguo Imperio Persa. Más allá de si en el país en cuestión hay una mayoría sunita o chiita, lo esencial para Teherán es que se trata de musulmanes".
Entender las razones y los intereses de Irán también le sirven al Estado uruguayo. El especialista Tilio Coronel señaló que hay mucho por conquistar en términos de mercado en Irán, y entiende que esa razón puede explicar la afinidad atribuida al actual gobierno uruguayo -Luis Almagro fue embajador uruguayo en Teherán- con la república islámica. El incidente con Azerbaiyán no debe haber caído bien en la capital iraní dado los lazos que unen a esos países.
El analista internacional sueco Svante E. Cornell escribió para la Universidad de Uppsala un libro en el cual analiza el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por el territorio: "Los vínculos históricos entre iraníes y azeríes son muy fuertes", escribió el experto. "Azerbaiyán fue durante mucho tiempo parte del imperio persa (...) y hay un límite de 700 kilómetros entre ambas naciones (...) Además, entre 15 y 20 millones de personas de origen azerí viven en Irán".