domingo, 20 de octubre de 2013
Llevamos viviendo aquí 4.500 años y no pensamos irnos a ninguna parte,manifiesta el Obispo de Karapag !
Los habitantes de la capital del enclave armenio de Nagorno Karabaj, Stepanakert, intentan vivir ajenos a la tensión fronteriza que no cesa desde el estallido hace 25 años del sangriento conflicto con Azerbaiyán.
"Nosotros no queremos una nueva guerra, como tampoco lo queríamos hace 25 años. Ahora, vivimos en paz, una paz que ganamos en el campo de batalla", aseguró hoy el Obispo de Nagorno (Alto) Karabaj, Pankev, a un grupo de periodistas extranjeros.
Diariamente, los francotiradores apostados a ambos lados de la frontera entre el territorio separatista y Azerbaiyán desengrasan sus rifles de precisión y disparan contra todo lo que se mueve, escaramuzas que se cobran cada año la vida de varios soldados.
Ha pasado más de un cuarto de siglo desde la matanza de armenios en la ciudad azerbaiyana de Sumgait en febrero de 1988, incidente que dio paso a un conflicto que abrió la caja de pandora del separatismo en la Unión Soviética, pero el odio étnico no cede.
"No fue un conflicto religioso. Fue un conflicto por la defensa de los derechos básicos del hombre. Todo empezó con el genocidio de Sumgait, donde murieron mis familiares. Ahora, en cambio, el Karabaj es el lugar más seguro del mundo", señaló Pankev.
Aunque la independencia autoproclamada por el enclave que es dos veces más pequeño que Kosovo no ha sido reconocida ni siquiera por Armenia y los azerbaiyanos no renuncian a recuperar el territorio por la fuerza, las autoridades separatistas se proponen la construcción de un Estado soberano.
"Si usted visita Nagorno Karabaj, ya lo ha reconocido como un país independiente", señaló un alto funcionario del Ministerio de Exteriores karabají.
Para empezar, los karabajíes intentan romper el bloqueo al que son sometidos por Azerbaiyán y Turquía, con la que Armenia no mantiene relaciones diplomáticas por su negación del genocidio armenio a manos del imperio otomano hace casi un siglo.
Los armenios, el 98 % de la población en el Karabaj, mantienen buenas relaciones con Irán, pero las sanciones internacionales contra Teherán les han cortado también esa vía comercial, por lo que el bloqueo terrestre casi es total.
Stepanakert cuenta con un aeropuerto, pero los aviones no despegan, ya que Azerbaiyán ha amenazado con derribar cualquier aparato que sobrevuele el territorio del enclave, donde viven poco más de 140.000 personas.
"Azerbaiyán amenaza con derribar aviones de pasajeros, por lo que sólo podemos utilizar helicópteros para desplazarnos. A nosotros ni se nos pasa por la cabeza atacar los aviones que despegan de Bakú", aseguró un alto funcionario del Ministerio de Exteriores.
Por esa razón, el único contacto del Karabaj con el exterior es una sinuosa carretera de montaña que hace las delicias de los turistas por sus espectaculares vistas, pero que supone una ardua travesía de unas seis horas desde Ereván, capital de Armenia.
Stepanakert, una pequeña ciudad de unos 50.000 habitantes, ya no presenta rastro de la cruenta guerra, gracias a las inversiones rusas y a la asistencia financiera de la diáspora armenia, que ha permitido construir una moderna red de carreteras.
Una ciudad jardín, en la que abundan los niños y la gente joven, que cursa estudios en las dos universidades del enclave, una privada y otra estatal, que incluye un monumento a los 72 estudiantes caídos en la guerra.
El Alto Karabaj, un territorio montañoso donde algunos picos superan los 3.000 metros de altura, tiene importantes yacimientos de oro, que son explotados por empresas rusas, cuyo idioma habla la mayoría de la población.
"El nivel de vida en el Karabaj es mayor que en Armenia", aseguró una periodista local.
Pankev cree que en los últimos años la comunidad internacional ha comenzado a romper el bloqueo político en el que está sumido Karabaj con visitas de varios diplomáticos de la Unión Europea y la OTAN, para enfado de Bakú.
"Están ocurriendo cambios importantes en relación con el Karabaj, pero si Azerbaiyán vuelve a atacarnos, no tendremos más remedio que defendernos", dijo.
El obispo karabají, que se ha reunido con el jefe de los Muftíes azerbaiyanos en un vano intento de acercar posturas, denuncia "la retórica agresiva" de Bakú, donde, en su opinión, "un armenio no duraría ni cinco minutos", cuando a Stepanakert han venido numerosas delegaciones azerbaiyanas y turcas.
"No hay pueblos malos. El pueblo azerbaiyano no tiene la culpa. Los culpables son los politicastros. Nosotros llevamos viviendo aquí 4.500 años y no pensamos irnos a ninguna parte", asegura.
Pankev recuerda que "no existe una nación azerbaiyana", que fue creada artificialmente por las autoridades soviéticas y que, "al fin y al cabo, Azerbaiyán es una segunda Turquía, ya que sus habitantes son originalmente turcos".
"Primero, vinieron los romanos, después los árabes y más tarde los turcos, y nosotros aún seguimos aquí. Los invasores vienen y van. Éste es y seguirá siendo nuestro hogar", aseveró orgulloso un funcionario de la Cancillería karabají.
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1517989