sábado, 7 de febrero de 2015
LAS BUENAS CAUSAS NUNCA CADUCAN.
Fue un día de invierno,yo tendría ocho o diez años.
Eramos muchos en la casa de los abuelos,para mi era como un enclave dentro de mi conciencia uruguaya,cuando llegaba ahí para mi era llegar a otro país,a otra gastronomía,a otra música,otra lengua escuchaba.
En voz baja entre los nietos nos íbamos aclarando lo que estaban hablando los mayores (ellos nunca se enteraron de eso)unos sabíamos unas palabras,otros otras,también discutíamos mucho que quería decir exactamente cada frase,etc.,en aquel idioma tan diferente al que hablábamos en la escuela.
A la tarde no vimos televisión,toco conversación,a nosotros nos toco escuchar....
Supimos lo que había ocurrido con el resto de la familia que nunca conocimos. Nos enteramos de sus nombres,en que trabajaban,de sus gustos,de lo que habían estudiado,de sus hábitos,de sus ilusiones.Muchos de sus nombres pasaron a nuestros padres y otros a nosotros.
La primera sensación fue el dolor de no haberlos conocido,la segunda saber que paso.
La tercera fue la mas fuerte,la tercera fue la que nunca nadie pudo olvidar,la tercera fue la que nos marco,la tercera formo desde ese día parte de nuestras vidas al día de hoy y por supuesto en el futuro,la tercera desato el llanto y luego la rebeldía.
La tercera sensación fue de indignación ante la impunidad.
Nos hablaron de la serie de actividades que se estaban llevando adelante para castigar a los culpables del Genocidio Armenio,impunes los turcos en aquella epoca ya se paseaban por el mundo disfrazándose de de las civilizaciones que ellos mismos juraron destruir.
Ya en aquella epoca mostraban al turismo las bellezas de su país,que no eran otra cosa que el testimonio de las civilizaciones,de las etnias que ellos persiguieron y todo aquello que no destruyeron por que les falto tiempo o no pudieron ,lo camuflaron Y COBRAN ENTRADA PARA VERLO.
Desde el primer día posterior al cese de las atrocidades cometidas por los turcos en perjuicio de los armenios,el activismo de los sobrevivientes y de los hijos de los sobrevivientes, han recorrido el mundo,han pasado por oficinas internacionales,entrevistas con presidentes o primeros ministros,senadores,diputados,alcaldes,gobernadores,etc.
Esa bandera,la de que se haga justicia,pasa de manos de los mayores a los jóvenes,todo el tiempo,en todo el mundo,allí donde dos armenios se juntan y fundan un lugar para difusión de la verdad,sobre el primer genocidio del siglo XX,del cual su impunidad tuvo y tiene influencia sobre otros crímenes alentados precisamente por esa impunidad que se le otorga de hecho a Turquía.
Es una causa justa y seguramente entre las mas justas de la humanidad,precisamente,por que la humanidad nos debe el reconocimiento universal de nuestra tragedia.
La impunidad de Turquía quedará para siempre como una mancha indeleble en la historia de la humanidad solo con el mero hecho,de que el crimen tuviera lugar. Quedará por siempre como una acusación y un desafío a todos los hombres y mujeres de conciencia el hecho de que el mundo tardara tanto tiempo en ponerse de pie y reconocer los crímenes de esas lacras.
Ha pasado mucho tiempo? es verdad,los culpables ya murieron? murieron los que llevaron adelante las matanzas,viven y lamentablemente nacen todos los días,quienes llevan adelante la parte mas importante de un genocidio,sus negacionistas.
Precisamente allí esta el epicentro de la lucha que va de la mano con el conocimiento,reconocimiento y difusión de la verdad.
Quizás los logros a veces demoren,quizás algunas noches las estrellas no quieran salir,quizás alguna vez pensemos que ya no podemos mas,pero todo lo importante,todo lo bueno,todo lo que implica un cambio para la manera de que el mundo se vera a si mismo,cuando se reconozca UNIVERSALMENTE al primer genocidio del siglo XX,seguramente costara mucho y quizás sea necesario la denodada lucha de varias generaciones.
La inteligencia humana descubre que sólo afirmando el valor intrínseco de cada ser humano podemos luchar eficazmente contra las lacras que nos asolan- discriminación, intolerancia, arbitrariedad, tiranía, violencia, guerras, miseria…
Ése valor es la dignidad, de la que penden los derechos y las obligaciones del ser humano. Y, en nuestro proceso de construcción de una nueva Humanidad, necesitamos ir más allá.
ENTONCES VAMOS A HACERLO!
La lucha por esta noble causa continua,hasta cuando? todo lo que sea necesario.
LAS BUENAS CAUSAS NUNCA CADUCAN.
German.