martes, 24 de febrero de 2015

Ser el cambio que queremos ver… en Armenia. Por Stephanie Demirdjian !


¿Qué tienen en común el agua potable de Karotan -un pueblo de cuatrocientas personas en Nagorno Karabagh (NK)-, la creación de un refugio en Ereván para apoyar y contener a mujeres víctimas de violencia de género y la construcción de un jardín de infantes en Moshatagh, otro pueblo de NK que hasta hace un tiempo carecía de un espacio educativo y lúdico para los más chiquitos? Que fueron financiados –literalmente- por todo el mundo.

Y éstos son sólo algunos ejemplos. El intermediario, en todos los casos, fue ONEArmenia (1A), una organización sin fines de lucro que cree firmemente en el desarrollo de Armenia, apostando a la cultura y a la tecnología como formas de crear un impacto en las esferas de la educación, el medio ambiente y el humanitarismo.


















 



¿Cuántas veces nos hemos preguntado, como armenios de la diáspora, qué podemos hacer por el país que vio nacer a nuestros abuelos?
Ciertamente podemos involucrarnos en la comunidad armenia de nuestra ciudad de residencia, podemos difundir la historia, las tradiciones, la realidad actual e incluso militar y luchar sus batallas, que también son nuestras. Sin embargo, debido a la distancia que nos separa de su sociedad y de sus problemas, a veces lo que hacemos puede parecernos insuficiente.

Pero ¿qué tal si pudiéramos ir un poco más lejos? ¿Qué tal si, desde donde vivimos, pudiéramos cambiar la realidad de las personas que habitan la tierra de nuestros antepasados? Y, además, hacerlo de forma permanente.
Armenia ya no es el país que era hace veinte años. Habiendo vencido la profunda crisis económica y social que sobrevino luego de obtenida la independencia, la situación indica que actualmente estamos frente a un Estado en desarrollo que se ha convertido en un trozo de tierra fértil para cultivar infinitas posibilidades. Sólo hace falta voluntad y recursos.

Es en base a este concepto que trabaja 1A. Con la transparencia como bandera y dando batalla contra los prejuicios que existen en el país en torno a donar dinero para causas benéficas, la organización hace también frente a la corrupción. De hecho, la organización nació cuando su fundador, Patrick Sarkissian, respondió a la pregunta: “¿Qué pasaría si pudieras donar a una organización benéfica sabiendo exactamente a dónde va el dinero?”.





“No creemos en la caridad”

Eso es lo primero que vemos, casi como un cartel luminoso, al entrar en su página web. Y las razones son simples: no creen en la caridad porque creen en la transparencia y en la sustentabilidad de cada uno de sus emprendimientos. Sus campañas tienen expectativas reales. Seleccionan proyectos “chicos” porque son factibles, fáciles de controlar y pueden sostenerse incluso cuando el equipo ya no está involucrado directamente. Su sitio web, además, invita al público a explorar proyectos pasados ​​y actuales y proporciona vínculos con la información detallada acerca de la implementación de estrategias, presupuestos y asignación monetaria.

Para cumplir con sus objetivos, 1A conjuga crowdfunding -el financiamiento de los proyectos recaudando pequeñas cantidades de dinero de un gran número de personas- y crowdsourcing -la oportunidad que le brinda a cualquier interesado de proponer sus ideas para convertirlas en realidad-.
Al mismo tiempo, la organización se entromete en lo cotidiano a través de intervenciones creativas y programas comunitarios en Armenia y en el mundo así como apuesta a las redes sociales tanto para financiar los proyectos como para dialogar con los seguidores y difundir noticias sobre su labor y sobre Armenia.

Lo que se viene

A principios de marzo, 1A lanza una nueva campaña centrada en la ciudad de Aghavnatum, al este de NK, donde el hospital más cercano para los residentes queda a dos horas -en auto- e implica viajar a través de caminos que se encuentran en mal estado.

La única alternativa cercana de asistencia que tienen las personas que viven allí es a través de Lilik Shahoyan, una enfermera que se mudó desde la capital armenia hace más de veinte años. Lilik trata a los pacientes fuera de su casa, con un equipo que está en condiciones deplorables y no siempre cuenta con la formación, el entrenamiento o la experiencia que se requiere para llevar a cabo ciertos procedimientos.
1A tiene como objetivo crear una clínica médica, proveerla con el equipamiento necesario y entrenar a profesionales de Armenia y de NK para que puedan viajar y asistir a todos los que pueblan Aghavnatum.

La otra buena noticia es que vos también podés ser parte.