viernes, 22 de abril de 2016
TAMBIÉN ES UN CRIMEN LA INDIFERENCIA.
24 de abril es la fecha en que armenios de Armenia y su diáspora,conmemoran el Genocidio Armenio.
Es un dia triste,de recordación y de difusión de esta tragedia que afecta no solo a la armenidad,sino a la humanidad en su conjunto.
La saña y el odio se descargó sobre la población armenia del Imperio Otomano,asesinando a amas de casa,niños,padres,ancianos,toda gente que jamás en su vida había empuñado un arma en contra del semejante.
Un millón y medio de personas fueron asesinadas y casi el doble fue arrojada al exilio.
Varias países reconocen el Genocidio Armenio,muchos no.
Pocos lo niegan
La República de Turquía se fundó después de ese Genocidio.
Ella no creía que la Diáspora Armenia sería lo suficientemente fuerte para restarle total importancia a la Causa Armenia. Por décadas enteras las autoridades turcas omitieron responder preguntas acerca del Genocidio Armenio. Parecía que la Causa Armenia sería archivada en la memoria de las víctimas y de los testigos.
La inteligencia turca se esmeró en realizar tal serie de modificaciones de su propia historia, que las contradicciones que presentan al alegar su inocencia para con el “caso armenio” suelen distorsionar los propios anales de la historia turca.
Los Alegatos Turcos son diferentes y contestan a cada eslabón sistemático de exterminio.
Desde la creación de la Turquía Moderna (1923), la República comenzó a autogenerarse un gasto constante para que intelectuales de alto nivel escriban “la nueva historia turca”. Se pueden nombrar decenas de profesionales que han traicionado su moral académica a cambio de distinto tipo de “beneficios” que otorgan los grupos de poder turcos.
Içirlik, Diyarbekir y Ankara son ciudades turcas importantes que albergan bases militares estadounidenses. Son el símbolo de lo que Turquía debe otorgar para que no recaiga en ella la condena internacional sobre el caso armenio. Figuran la tristeza de un pueblo que en su gran mayoría no acepta la militarización y “laicidad progresista” que fundó Mustafá Kemal. Un pueblo que no acepta haber traicionado a sus vecinos islámicos y demás países hermanos en lo religioso y cultural.
Por otro frente de batalla, Turquía trata de hacer todo lo posible para ingresar en la Unión Europea, la cual ha puesto como condición a ésta, atender la cuestión armenia.
Hoy los intereses se encuentran conectados entre los grupos de poder que manejan Turquía, Estados Unidos e Israel. El lobby turco, en cualquier momento, puede transformarse en la causa revolutiva de su propio pueblo.
Lo que no pudo prever el gobierno turco es que las comunidades organizadas en la diáspora se desarrollarían y progresarían, tal como lo hicieran los armenios en sus tierras ancestrales y en el Imperio Otomano antes que comenzaran las matanzas. Así pues, la Causa Armenia se institucionalizó y debido a ello Turquía tuvo que cambiar su discurso y estrategia al respecto.
Siendo el primer discurso turco un alegato hacia el desconocimiento absoluto de la cuestión armenia, el segundo pregonaba la distorsión múltiple de los hechos, para de ese modo tratar de desvirtuar la verdad acerca de un plan premeditado y sistemático de genocidio.
El crimen más horrendo sería la indiferencia armenia.
Algunos armenios se pierden en la diáspora y se diluyen culturalmente haciendo cumplir el concepto llamado “Genocidio Blanco” que imaginó Ahmet Talaat Pashá, al idear el plan genocida en el ámbito de su partido político.