miércoles, 4 de mayo de 2016
Azerbaiyán condecoró a un criminal de guerra
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, premió el domingo 1° de mayo a un soldado de su ejército que publicó una foto en sus redes sociales posando con la cabeza decapitada del soldado armenio Kyaram Sloyan.
Luego de los ataques del ejército azerí a población civil de la República de Nagorno Karabagh el 2 de abril, el Ministerio de Defensa de Armenia había denunciado el 11 de abril que el ejército azerí “torturó o mutiló” a la mayoría de sus pares armenios, tras recibir los cuerpos en un intercambio de soldados fallecidos en combate facilitado por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
La oficina de la Defensoría de los Derechos Humanos de Artsaj publicó el 2 de mayo un riguroso informe detallando los crímenes de guerra por parte del ejército de Azerbaiyán, que incumplió la Convención de Ginebra. “Los hechos más terribles son los homicidios a civiles pacíficos de Nagorno Karabagh a través de métodos crueles e inhumanos de ejecución y mutilación. Prácticas similares de humillación se aplicaron con los miembros del Ejército de Defensa de la República de Nagorno Karabagh. Por otra parte, algunos de los soldados de Karabaj fueron sometidos a decapitación, junto con otras formas de desmembración”, dice otro informe de la oficina.
“Las atrocidades estilo ISIS, profundamente arraigadas por la propaganda financiada por el gobierno de Azerbaiyán de odio y violencia, ponen gravemente en peligro el sistema europeo de derechos humanos en su conjunto. Esta situación amenaza con escalar en gran medida con consecuencias impredecibles si no se previene de manera efectiva y debidamente por la comunidad internacional”.
El caso tiene componentes similares al de Ramil Safarov, un oficial del Ejército de Azerbaiyán, que constituyó un antecedente directo. En 2004, Safarov asesinó al teniente del ejército armenio Kurkén Markaryan durante un seminario de capacitación de la OTAN en Budapest. Mientras Markaryan dormía, Safarov entró a su habitación y lo decapitó con un hacha. En 2006, Safarov fue condenado a cadena perpetua en Hungría. Luego de intensas presiones azeríes, el gobierno húngaro lo extraditó a su país de origen en 2012, donde fue recibido como un héroe siendo indultado y premiado por el jefe de estado Aliev.