viernes, 28 de octubre de 2016
Joven opositor condenado a 10 años de cárcel en Azerbaiyán por pintar un grafiti.
La condena a 10 años de cárcel dictada contra Giyas Ibrahimov, activista juvenil de 22 años detenido por pintar con espray en una estatua del ex presidente de Azerbaiyán, es una escandalosa agresión contra la libertad de expresión. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy.
“La condena de Giyas Ibrahimov es una parodia absoluta de la justicia. Giyas fue detenido simplemente por pintar un lema en una estatua, y después fue torturado para hacerle ‘confesar’ graves delitos de drogas. Las autoridades ahora quieren que pase el resto de su juventud entre rejas por estos cargos falsos”, ha manifestado Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.
“Resulta sumamente inquietante ver hasta dónde están dispuestas a llegar las autoridades de Azerbaiyán para silenciar a quienes las critican. Les pedimos que anulen esta condena basada en cargos falsos, que pongan de inmediato en libertad a Giyas Ibrahimov y que lleven a cabo una investigación independiente sobre la tortura y otros malos tratos a los que ha sido sometido.”
El Tribunal de Delitos Graves de Bakú condenó a Giyas Ibrahimov a 10 años de cárcel el 25 de octubre tras declararlo culpable de delitos de drogas en virtud del artículo 234 del Código Penal azerbaiyano.
Giyas Ibrahimov y su colega activista Bayram Mammadov fueron detenidos el 9 de mayo de 2016, después de que Mammadov publicara en Facebook una foto de la pintada que habían hecho en una estatua de Heydar Aliyev, difunto ex presidente de Azerbaiyán y padre del actual presidente, Ilham Aliyev.
La policía afirmó que había encontrado ocho gramos de heroína en poder de los dos jóvenes, pero durante los interrogatorios sólo les preguntó por la pintada. Los agentes pidieron reiteradamente a los activistas que se disculparan por haber insultado a Heydar Aliyev y, cuando éstos se negaron a hacerlo, les propinaron brutales palizas. El abogado de los jóvenes afirma que tras el interrogatorio estaban cubiertos de hematomas, y que también los habían amenazado con violarlos y los habían obligado a limpiar los retretes de la comisaría mientras los filmaban, como forma de humillación.
Amnistía Internacional considera que Giyas Ibrahimov y Bayram Mammadov son presos de conciencia y que los cargos de drogas presentados contra ellos eran inventados, con el único propósito de castigarlos por sus actividades políticas.
“Los defensores y defensoras de los derechos humanos, los activistas políticos y los periodistas independientes de Azerbaiyán están sometidos a una mordaza, en una situación en la que las voces discrepantes corren peligro de sufrir chantaje, tortura y agresiones físicas. Instamos a los socios internacionales a presionar a las autoridades de Azerbaiyán para que cumplan con las obligaciones que han contraído en virtud del derecho internacional, y para que garanticen el respeto por el derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica”, ha manifestado Denis Krivosheev.