domingo, 8 de enero de 2017
6 de Enero,el día que Cristo volvió a Alepo.
Han pasado cuatro años hasta que la comunidad armenia de la ciudad septentrional siria de Alepo pudo celebrar su Navidad ortodoxa por primera vez desde que la urbe fuera sitiada por los rebeldes.
Ahora, una vez retomada la ciudad por las tropas del Gobierno sirio, el patriarca Catolicós de la Gran Casa de Cilicia de los Armenios, Aram I, ha llegado a la ciudad en su primera visita desde el inicio del conflicto sirio, para oficiar la misa en la Catedral de Santa María.
El discurso del patriarca durante la misa de la festividad religiosa se centró en la unidad del pueblo de Siria y agradeció igualmente a toda la comunidad armenia que "se quedaran en la ciudad y ayudaran a la sociedad a superar todas las penas y obstáculos que el pueblo ha padecido".
A la misa asistieron miembros de una delegación parlamentaria francesa, que está en estos momentos visitando la ciudad, así como funcionarios del Gobierno, representantes de la comunidad musulmana y otros grupos cristianos.
"Creo que la Navidad es el momento perfecto para recordar la importancia de amarse los unos a los otros y de reforzar nuestra fe en Dios y en nuestro señor Jesucristo", dijo una mujer de origen armenio llamada Georgette, que vive en Alepo.
"Sin embargo, este año sentimos la felicidad de la que fuimos privados desde que esa terrible maldición cayera sobre nuestra ciudad. Y por lo tanto, la alegría será el tema prioritario en este día", afirmó Georgette, con una gran sonrisa en el rostro.
Paralelamente, el obispo Armash Naalbandian y un grupo de clérigos oficiaron para los cristianos armenios otra misa de Navidad en la iglesia de San Sarkis, abarrotada de gente y donde el coro no cesaba de cantar villancicos.
Durante el día de hoy, el patriarca armenio, acompañado del gobernador de Alepo, Husein Diab, y junto a una delegación de ortodoxos, acudieron en procesión a la ciudad antigua para visitar la Gran Mezquita, que fue erigida en el siglo XIV.
Prosiguieron con el recorrido para ir a la Catedral de los Cuarenta Mártires, devastada por la guerra, y a la Ciudadela de Alepo con el objetivo de observar los restos de la destrucción acaecida y discutir para planificar la restauración de esos lugares de culto.
Entretanto, y por primera vez en cuatro años, los armenios tuvieron la oportunidad de visitar el cementerio ortodoxo armenio, cerca del barrio de Sheikh Maksud.
"Visitar el día después de Navidad a nuestros seres queridos fallecidos es una tradición para la comunidad armenia", explicó un ingeniero mecánico oriundo de Alepo llamado Sarkis.
El cementerio se encuentra ubicado en una área que se convirtió en frente de combate entre las fuerzas del Gobierno sirio y los rebeldes, lo que hacía imposible visitarlo durante estos últimos cuatro años debido a los francotiradores apostados en la zona o por los constantes bombardeos.
"No voy a hablar ni comentar nada sobre temas políticos", dijo el ciudadano sirio Harut, que estaba visitando la tumba de su madre en el camposanto.
"Sólo te diré que todas las diferencias que estamos experimentando en Alepo la han convertido en una ciudad mucho mejor, y en un corto periodo de tiempo. Y eso se debe a nuestro fuerte deseo de vivir y de sobrevivir", añadió.
Harut expresó su deseo de continuar con las tradiciones navideñas, después de asistir a la misa y descansar junto a su mujer y sus hijos.
"Nos encontramos aquí para rezar por las almas de aquellos que han abandonado nuestro mundo, para compartir este momento histórico con ellos y para contarles que estamos vivos, y que luchamos para que la sociedad armenia forme una parte esencial de la unión del pueblo sirio. Mi hija esta visitando por primera vez la tumba de su abuela", confesó emocionado.
Se prevé que el patriarca ortodoxo visite a los responsables de diferentes grupos armenios que se encuentran en Alepo para discutir con ellos todos los asuntos relacionados con los ciudadanos oriundos de Armenia y establecidos en la urbe.
Mañana por la mañana, el patriarca partirá junto a la delegación que le acompaña a Antelias, en el Líbano, donde tiene su residencia actual.