Miles de opositores armenios se concentraron hoy en la plaza de la Libertad de la capital de este país caucásico para pedir la dimisión del primer ministro, Tigrán Sarkisián, e iniciar una revolución de terciopelo.
“Ha llegado la hora de realizar en Armenia una revolución de terciopelo. Sin embargo, cualquier revolución tiene su evolución política. No vamos a recurrir a la violencia”, aseguró Levón Zurabián, coordinador del opositor Congreso Nacional Armenio (CNA).
Los opositores, que no tienen autorización para manifestarse, lograron entrar a la plaza después de que los efectivos antidisturbios que la acordonaban les dejaran pasar sin resistencia, según las agencias armenias.
El ayuntamiento de la capital armenia no ha permitido manifestaciones opositoras en la plaza de la Libertad desde marzo de 2008, cuando diez personas murieron en los violentos enfrentamientos postelectorales entre policía y oposición.
El primer presidente armenio y actual líder opositor, Levon Ter-Petrosián, avisó que la manifestación de hoy era la “última advertencia” para las autoridades y amenazó con una revolución popular similar a las acontecidas en Túnez y Egipto.
El portavoz del CNA, Armán Musinián, sugirió la posibilidad de que la concentración se prolongue durante toda la noche, aunque todo se decidirá tras la esperada intervención en la plaza de Ter-Petrosián.
El líder del partido opositor Herencia, el diputado Raffi Ovanisián, se declaró este martes en huelga de hambre en la misma plaza.
El CNA, que fue creado en agosto de 2008 e incluye a una veintena de partidos y organizaciones políticas, se propone la liberación de los presos políticos, la defensa de los derechos humanos y la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas.
Las protestas del 1 y 2 de marzo de 2008 contra el fraude en las elecciones presidenciales del 19 de febrero desembocaron en violentos enfrentamientos, tras lo que el Gobierno armenio decretó el estado de excepción, que estuvo en vigor durante 20 días.
En los comicios, que fueron validados por la OSCE, resultó elegido presidente Serge Sargsián, delfín de Robert Kocharián, que encabezó este país vecino de Turquía, Georgia y Azerbaiyán entre 2000 y 2008.
Tanto Rusia como Francia, hogar de una numerosa diáspora armenia, han respaldado desde entonces a Sargsián, que es contrario al ingreso en la OTAN y partidario de establecer relaciones diplomáticas con Turquía.