domingo, 10 de junio de 2012

Control y limites abusivos sobre los Cristianos en ARZEBAIJAN.

ARZEBAIJAN: FALSA LIBERTAD

El país ha intentado venderse en el último Festival de Eurovisión como “un país moderno, que respeta los derechos humanos y en especial la libertad religiosa”. Pero la realidad es “totalmente opuesta” a esta idílica imagen.

Así se comprueba al revisar las leyes de la República, que al igual que en Bielorrusia, requiere que todas las entidades religiosas se registren en el Comité de Estado para el Trabajo con Asociaciones Religiosos (SCWRA). Sin dicho registro, no se puede operar legalmente, realizar servicios religiosos o recaudar fondos.

Así, aunque la Constitución declara el derecho de cada individuo a practicar libremente su religión y afirma que el gobierno no debe inmiscuirse en la práctica de la misma, la persecución se ejecuta desde la Administración, dificultando de la inscripción de las entidades religiosas. Este registro se hizo obligatorio a partir del año 2009, tanto para nuevas entidades como para aquellas que ya tenían permiso legal.

De esta forma muchas iglesias y entidades religiosas consolidadas han sido “cortadas” del país. Se han visto afectadas principalmente algunas entidades protestantes. La nueva ley también prohíbe el registro de iglesias de extranjeros y se niegan visados de entrada a ministros de culto extranjeros, así como la entrada de material religioso proveniente de fuera del país.

PERSECUCIÓN A PASTORES

Lo más preocupante en Azerbaiján es las detenciones realizadas a líderes de grupos cristianos en los últimos años por parte de la policía y otras autoridades públicas. Tres pastores fueron llevados a prisión con falsos cargos, ya que no pueden permanecer en la prisión en motivos religiosos, habiendo advertido que "tienen mil maneras de encarcelar a una persona sin referirse a motivo religioso alguno".

Uno de los pastores fue acusado falsamente de pegar a cinco policías y los otros dos de tenencia ilícita de armas. Uno de ellos tenía un arma de hace 130 años que no funcionaba y el otro no tenía ninguna y se las “colocó” la misma policía, denuncia el informe del Foro.

Los medios públicos de comunicación, todos ellos fuertemente controlados por el gobierno, emiten frecuentemente programas con información tergiversada para difamar a los cristianos, a quienes se les deniega con frecuencia la expedición de documentos básicos.

FAMILIAS E IGLESIAS EN PELIGRO



No sólo los líderes sufren esta persecución. Cuenta el informe que a una familia cristiana se le ha negado una partida de nacimiento de su hijo por haberle puesto un nombre cristiano.

La organización noruega FORUM 18 informó que el pasado 12 de mayo unos veinte policías, incluido el jefe local del Comité de Estado para el trabajo con Asociaciones religiosas, tomó parte en el asalto y registro de una Iglesia Adventista en la localidad de Gynaja, en la que buscaban a ciudadanos extranjeros en la congregación. Al no encontrarlos, procedieron a comprobar si los aproximadamente 50 niños presentes tenían permiso de sus padres para poder estar allí, reteniéndolos e interrogándolos junto al resto de mayores durante varias horas y advirtiéndoles de las graves consecuencias si cuestionaban su actuación, siendo uno de ellos fuertemente multado sin haber pasado por ningún proceso judicial.

Dicho ataque se producía dos semanas después del protagonizado en Sumgait en el domicilio de un Testigo de Jehová, cuya casa también fue allanada, y al que se le confiscó la literatura religiosa.

Por otra parte, un Juzgado de Bakú ha ordenado la clausura de la Iglesia Protestante Gracia Mayor. El gerente de proyectos de Russian Ministries, Wade Kusack, cuenta que a esta iglesia “le negaron el proceso para volverse a registrar por una razón que no está clara. La corte se llevó a cabo sin que haya un representante de la defensa presente. Se ha apelado dicha decisión, por lo que la iglesia permanece abierta”.

Sin embargo, Kusack indica que los miembros de la iglesia corren peligro cada vez que se reúnen. “Bajo esta ley, se trataría de una actividad religiosa ilegal y estas personas podrían ser arrestadas, multadas e incluso encarceladas de dos a cuatro años, simplemente por reunirse a orar juntos”.