Oíamos “tiros y bombardeos toda la noche”, cuenta Yenok Sulahian, que huyó de los combates en Siria para refugiarse en Armenia, la tierra de sus antepasados, como lo han hecho también otros sirio-armenios desde el inicio del conflicto.
“¡Gracias a Dios llegaron sanos y salvos!”, dicen llorando los armenios presentes en el aeropuerto de Erevan para recibir a sus familiares sirio-armenios provenientes de Alepo, la capital económica de Siria donde se desarrollan sangrientos combates.
Los cristianos de origen armenio tienen cada vez más miedo en Siria. “Las autoridades no advertían del peligro todo el tiempo y nos aconsejaban no salir de la casa para que no nos mataran”, cuenta Sulahian.
Más de 3.000 sirio-armenios llegaron a Armenia, una ex república soviética, desde el comienzo del conflicto en Siria en marzo de 2011. Sin embargo, numerosos refugiados, como Sulahian, piensan volver a Siria cuando haya terminado el conflicto y se haya restablecido la paz. “A fines de agosto, si todo sale bien, prevemos volver a Alepo para el reinicio de la escuela", dice Sulahian, dando muestras de un sorprendente optimismo.
Según las evaluaciones, entre 60.000 a 100.000 cristianos oriundos de Armenia está establecidos en Siria.
Se trata de los descendientes de los armenios que huyeron de las matanzas de en el imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial.