El poder (de perdonar a un asesino) le pertenece a la familia de la víctima, no a nosotros. Debemos hacer los ajustes necesarios”, declaró Erdogan, citado por la agencia de prensa Anatolia.
“La pena de muerte existe en Estados Unidos, en Rusia, en China, en Japón. Por lo tanto debemos revisar nuestra posición”, añadió.
La semana pasada, Erdogan sacó a relucir este tema estimando que la medida contaría con el apoyo popular en el caso del jefe rebelde kurdo encarcelado Abdulá Ocalan.
“Hoy, muchas personas son favorables a un restablecimiento de la pena de muerte, según los sondeos, porque los familiares de los muertos sufren mientras que otros están de fiesta comiendo kebabs”, declaró refiriéndose al líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y a sus partidarios.
Su sugerencia de incluir este tema en la agenda del parlamento coincide con una huelga de hambre de 700 presos kurdos en las prisiones turcas para pedir una mejora de las condiciones de detención de Ocalan, en régimen de aislamiento desde hace año y medio.
Ocalan fue detenido y condenado a muerte por traición en 1999, pero se la conmutaron en cadena perpetua en octubre de 2002 tras la abolición de la pena capital en Turquía, bajo la presión de la Unión Europea (UE), de la que Ankara quiere ser miembro.