jueves, 16 de abril de 2015
La UE dio su respaldo al Papa en la polémica por el genocidio armenio
Después de dos días de furiosos ataques desde Turquía, Francisco cosechó ayer el respaldo de la Unión Europea (UE): el Parlamento Europeo aprobó una resolución que reconoce el genocidio de los armenios, rinde homenaje a las víctimas, propone la creación de una jornada europea de la memoria y deplora cualquier intento de negacionismo.
Además, "elogia el mensaje" del Papa, que el domingo desató una crisis con Turquía -país de mayoría musulmana con el cual el Vaticano mantiene relaciones diplomáticas-, al reconocer en una misa en conmemoración del centenario del martirio armenio que ése fue "el primer genocidio del siglo XX".
La UE rechazó así, de forma más que contundente, la interpretación del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, que ayer fue aún más allá al acusar al Papa de haber "adherido a la conspiración" de un "frente del mal".
En los últimos días, después de que Turquía mandara a llamar a su embajador ante la Santa Sede y convocara al nuncio apostólico en Ankara, en señal de protesta, las reacciones turcas fueron in crescendo. Pese a que, en verdad, Francisco el domingo último no hizo más que citar una expresión ya utilizada por Juan Pablo II en una declaración conjunta con Karekin II, el máximo líder de la Iglesia de Armenia, en 2001, la ira fue mucho más allá de cualquier expectativa. Según entendidos, todo se debe al hecho de que en Turquía se celebran cruciales elecciones legislativas el próximo 7 de junio. De ahí, los tonos encendidos del AKP, el partido islámico nacionalista del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Al margen de definir las palabras del Papa como una "calumnia inaceptable", un ministro turco aseguró que Jorge Bergoglio había hablado de esta forma porque es oriundo de la Argentina, "un país que acogió a los nazis" y en el que "lamentablemente la diáspora armenia domina el mundo de la prensa y de los negocios". El propio presidente Erdogan en tono desafiante le advirtió al Papa anteayer que no tenía que volver a cometer semejante error y hasta dijo que "cuando los políticos y los religiosos asumen el trabajo de historiadores, no dicen verdades, sino estupideces".
Ayer, Erdogan aseguró que podría expulsar a los más de 100.000 armenios que trabajan en Turquía, amenaza que ya había hecho en 2010 en una entrevista con la BBC después del reconocimiento del genocidio armenio por parte del Parlamento sueco.
Además, antes de que el Parlamento de la UE le diera un virtual revés, el presidente turco advirtió que "cualquier decisión que tome, me entrará por un oído y me saldrá por el otro". La resolución aprobada por la UE sostiene que para Europa los turcos otomanos cometieron "un genocidio" contra los armenios entre 1915 y 1917 -se habla de 1,5 millones de muertos-. Pero, a diferencia de otras resoluciones más duras aprobadas en el pasado, no exige que el reconocimiento turco del genocidio armenio sea una precondición para la adhesión de Turquía a la UE.
En medio del vendaval, el Vaticano siguió con la estrategia del silencio. Ante una pregunta sobre las reacciones turcas, el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, prefirió no comentar. Y destacar que las palabras del Papa se insertaban en una "línea precisa y coherente, en el marco del diálogo".
El cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, coordinador del C9, el grupo de cardenales consultores del Papa, que se reunió en estos días, llamó a calmar los ánimos. "Hay que relativizar estas polémicas, porque la verdad es que no va a estallar una guerra mundial por esto", dijo, al margen de la presentación de un libro. "Lo que dijo el Papa ya fue dicho en el pasado y él fue valiente al denunciar una cosa que no se puede negar", agregó.
Por último, un grupo de hackers turcos reivindicó haber atacado en la noche del lunes el sitio oficial de la Santa Sede (www.vatican.va); esto impidió su funcionamiento por algunas horas, pero volvió a la normalidad el martes a la mañana..