domingo, 13 de noviembre de 2016
¿Donde están los más de 10.000 niños refugiados que Europa da por perdidos?
Mohamed tenía un plan. A sus 16 años había atravesado Irak, Turquía, Grecia y Macedonia. Lo hizo caminando, colándose en autobuses, en barca desde Turquía. Y solo. Huyendo de la guerra. Su última etapa — hasta ahora — ha sido la ruta de los Balcanes. Su objetivo: Suecia o Alemania. Ya no le quedaba más dinero, ni estaba dispuesto a seguir pagándole a la mafia. Tras atravesar Grecia y llegar a Idomeni, la frontera con Macedonia, se encontró el paso cerrado. Pero si pagas, te sacan. En el campamento se sabe. Hay una ruta siguiendo la valla hasta el final y atravesando un pueblo. Se hace caminando, por las montañas. Sólo hay que caminar. Mucho.
Mohamed cargó su mochila y sus bolsillos con bellotas, agua, un teléfono móvil y sus papeles, y puso rumbo a las montañas. Pero en el camino le estaban esperando. Nadie cruza sin pagar — de 1.200 a 1.500 euros. Le apalearon, le robaron su documentación y le dejaron tirado en una cuneta. Se repuso y siguió su viaje: Serbia, luego Croacia, pero le volvieron a pillar en Eslovenia. Y sin papeles, la policía le metió en un tren y le mandó de vuelta a Idomeni donde esperó hasta el martes 24 de mayo, cuando el campo fue desmantelado y se lanzó a un nuevo intento. Aunque esta vez, sin documentos, no lo tendrá fácil para solicitar asilo.
Cuando Maica Torres cuenta a VICE News la historia de Mohamed le tiembla la voz. Esta operaria química, de 42 años y madre de cinco hijos, ha estado dos veces en Idomeni como voluntaria. Lleva tatuadas en el rostro dos frases en árabe, cada una en un lado de la cara: "Soy refugiada";"Soy humana". En su última visita, de la que acaba de regresar, acampó como una refugiada más para evitar los controles policiales.
"La mafia lo controla todo, y la policía les deja hacer. Si yo en una semana me enteré de cómo funcionaba sin saber nada de inglés, ¿cómo la policía no va a saber dónde están las mafias y dónde operan?", narra. "¿Por qué no les detienen a ellos en lugar de encerrar a gente inocente que solo trata de huir del horror? ¿Por qué no se lo impiden? Les interesa que siga funcionando así", asegura indignada.
Según el último informe de tráfico de personas realizado por la Interpol y Europol, el 90 por ciento de los inmigrantes que llegan a Europa han utilizado en su tránsito los servicios de mafias, ante la pasividad de los países miembros. Este tráfico de personas supone un lucrativo negocio: Europol calcula que en 2015 este reportó unos beneficios de 6 millones de dólares. El informe recoge que se tratan de redes muy bien organizadas establecidas en 100 países y que cuentan con al menos 250 puntos de captación repartidos entre Europa y en los países de origen.
10.000 niños desaparecidos
Mohamed tuvo suerte porque sobrevivió para contarlo y pudo volver. Pero en el último año, según un informe de Unicef, más de 10.000 niños refugiados de los cerca de 95.000 que llegaron a Europa y pidieron asilo el año pasado. El estudio está basado en estadísticas de Eurostats.
La Interpol calcula que 1 de cada 9 niños refugiados y migrantes no acompañados está en paradero desconocido, pero se cree que esta cifra podría ser mucho más alta. En Eslovenia, por ejemplo, más del 80 por ciento de los menores no acompañados ha desaparecido de los centros de acogida, mientras que en Suecia se informa de 10 niños desaparecidos cada semana. A principios de este año, en Alemania se registró a 4.700 menores que llegaron solos a Europa y que, o han desaparecido o se les ha perdido la pista. Y eso sin incluir los dos niños que mueren cada día en el mar intentado llegar a Europa.
El responsable nacional de Europol, Alexandru Niculae, explica a VICE News que la cifra de menores en paradero desconocido "es una estimación basada en los informes de los estados miembros y las ONG". Incluyen a menores no acompañados que habían sido inicialmente registrados por las autoridades de alguno de los países miembros y que posteriormente no pudieron encontrar.
"Que no los hayan localizado, no significa que todos estén siendo explotados; muchos han seguido sus viajes hacia su destino y otros han sido recogidos por familiares o amigos", asegura. "Somos conscientes de la vulnerabilidad y del riesgo que corren estos menores no acompañados, que pueden ser víctimas de explotación sexual o laboral entre otras cosas así que invitamos a denunciar cualquier situación sospechosa que puedan encontrarse quienes trabajan en el terreno", concluye.
Campamentos sin condiciones
A los niños en Lesbos les daba miedo dormirse. Según explica a VICE News Michela Ranieri, analista jurídico de derechos de infancia en Save the Children, los pequeños temen que los secuestren para quitarles los órganos. "Nosotros no tenemos constancia de que haya ocurrido", afirma, "pero era uno de los rumores que circulaban entre los refugiados", explica la experta en derecho internacional.
A pesar de los esfuerzos por dotarles de lugares seguros, los pequeños en los campos están demasiado expuestos, sobre todo los que viajan solos y no son detectados, porque se camuflan entre grupos de adultos y familias para poder seguir su viaje libremente.
Cuando llegan grupos de hombres adultos y hay un niño solo, es común que le acojan y normalmente les protegen, pero en algunos casos puede convertirse en un peligro para los niños porque esos adultos que no conocen les exponen a peligros como ser explotados o abusados sexualmente, o casos de prostitución en el propio campamento, como denunció ACNUR en octubre de 2015, a cambio de comida o cualquier otro servicio. Lo llaman prostitución para la supervivencia", explica Ranieri.
También se da el caso contrario: familias con cinco hijos o más, en un ejemplo de solidaridad extrema, están haciéndose cargo de niños que no son familiares suyos. Y además de los niños que emprenden su viaje solos, las organizaciones alertan también del peligro para los que se quedan solos por el camino porque sus padres o familiares han terminado en distintos países por el cierre repentino de fronteras o han muerto. "Estos están mucho más traumatizados, no llegan tan bien aleccionados y no saben que tienen que hacer; son mucho más vulnerables aún porque se han quedado sin referentes de repente", describe la portavoz de ACNUR María Jesús Vega.
Aunque Grecia está obligada a proteger a los menores localizados en su territorio, "en la práctica el sistema está tan sobresaturado que los niños acaban en comisarías o centros de detención, lo que les impide continuar la ruta, y por eso prefieren pasar inadvertidos en grupos mayores para poder cumplir su objetivo, y si son detenidos es común que acaben fugándose, y es entonces cuando son más vulnerables. Cuando estás desesperado te agarras a cualquier mínima esperanza que te ofrezcan", afirma Ranieri. En Grecia cuentan con 440 plazas en centros de menores, cuando existen más de 1.255 niños identificados, que apenas son la punta del iceberg.
Tanto Save the Children, como Unicef y ACNUR coinciden en que Europa debe y puede dar alternativas legales a esos niños y evitarles que caigan en manos de redes. "Si el sistema de protección ayudara a la reunificación familiar, los niños se quedarían en el sistema, protegidos, en vez de vagar por los caminos expuestos a montones de peligros. Como el sistema no funciona y no les ayuda a lograr su objetivo, escapan y se buscan la vida", dice Ranieri.
Según Unicef, ahora mismo, los niños tienen que esperar hasta 11 meses entre el registro y el traslado a un país que acepte estudiar su solicitud. "Debe reducirse esta espera a no más de 90 días, y se les debe asignar a estos niños inmediatamente un tutor legal, a la vez que se agilizan los procesos de reunificación familiar. Todo esto es clave para proteger a los menores no acompañados y evitar que se pierda su rastro o se fuguen", asegura una nota de la organización.
La huida, en la ruta de nuevo
Cuando los pequeños prosiguen su camino solos es cuando más expuestos pueden estar a las mafias. Aumenta el riesgo de que los usen para explotación sexual, pornografía infantil o explotación laboral como trabajo doméstico, mendicidad o pequeños delitos relacionados con hurtos. No tienen dinero, están desesperados por seguir su camino y se agarran a cualquier promesa aceptando muchas veces lo que les pidan para poder seguir", explica Sara Collantes, especialista en políticas de infancia de Unicef.
"Europa les fuerza a ponerse en manos de contrabandistas para lograr la reunificación familiar que es un derecho contemplado en la normativa europea. Y si les cerramos la vía de los Balcanes, optarán por otra más peligrosa e insegura como llegar desde Libia a Italia", denuncia la trabajadora de Unicef.
El informe sobre redes de traficantes en Europa explica que las mafias que ahora controlan el tráfico de personas entre países emplean las mismas rutas que se usan para el tráfico de armas, drogas o contrabando de mercancías. "Los mismos grupos que antes comerciaban con armas, ahora comercian con personas y niños", explica su informe.
HOLA!
LO SAQUE DE ACA,ME PARECIÓ INTERESANTE,POR ESO LO PUSE EN MI BLOG
https://news.vice.com/es/article/menores-refugiados-ninos-perdidos-europa-crisis-refugiados