viernes, 10 de febrero de 2017

El duduk y las raíces de la música armenia!




El legado de la música Armenia se remonta hacia tiempos lejanos y su riqueza incluye géneros que van desde la música litúrgica o religiosa a la popular y moderna. Los instrumentos tradicionales incluyen distintos tipos de tambores tales como el dhol o el doumbek (derbake), instrumentos de cuerda como el kanún y la kamanchá, varios miembros de la familia de los vientos de madera – el shvee y el zourna, por ejemplo – y muchos otros. Dos de los más conocidos instrumentos de la música folklórica de los armenios son el duduk y el laúd.

El duduk es el más fácilmente reconocible instrumento musical, interpretado tal vez más a menudo en funerales que en casamientos, debido a su tono melancólico, aunque también es utilizado durante celebraciones o algunas danzas. Con distintas variaciones y nombres, es utilizado a lo largo de toda la región- los Balcanes, el Medio Oriente, el Cáucaso y Asia Central- pero es considerado como un símbolo nacional particularmente por los armenios, un estatuto que fue reforzado por el reconocimiento de la UNESCO en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2008.

El nombre más tradicional del duduk en armenio es “tsiranapogh” (“dziranapogh” en la pronunciación del armenio occidental), o “cuerno de damasco”, haciendo referencia al uso de la madera del árbol de damasco para la realización de este instrumento de viento. Los músicos de duduk a menudo tocan de a dos, uno toca la misma nota de fondo a la melodía interpretada por el otro músico. Una técnica especial de respiración es utilizada para continuar tocando la misma nota sin ninguna pausa.

Jivan Gasparyan es probablemente el más mundialmente famoso armenio, virtuoso del duduk; su música fue interpretada, entre otros lugares, en el film del 2000 Gladiador – signo de cómo el duduk ha estado dejando su marca en Hollywood en años recientes. El Laúd es del mismo modo un instrumento de Medio Oriente – similar a la guitarra, pero con un cuerpo más ancho y redondo y seis pares de cuerdas- que tiene un lugar especial en la tradición armenia, y aún más en la tradición armenio-americana. Los armenios otomanos que atravesaron el Atlántico, tomaron muy enserio esta parte de su herencia, en tanto que muchos de los que se quedaron, como Udi Hrant y Aram Dieran, fueron muy renombrados en el mundo de la música turca y kurda.

La historia de Udi Hrant is particularmente celebrada. Nació como Hrant Kenkulian en 1901 no muy lejos de la capital del Imperio Otomano, perdiendo su vista tan solo unos días después de nacido. La familia sobrevivió el Genocidio Armenio, viviendo más tarde en Estambul, donde un ciego Hrant intentaba llegar a fin de mes tocando el laúd, que había aprendido a tocar durante su infancia y su juventud, llevando adelante la tradición que otros maestros armenios le habían transmitido. Su gran descubrimiento llegó en 1950, cuando un benefactor lo patrocinó para viajar a los Estados Unidos para recibir un tratamiento para sus ojos. Aunque continuó siendo ciego, Udi Hrant resultó un éxito tocando y enseñando en las décadas siguientes, tanto en América, Europa y de vuelta en Turquía, donde interpretaba regularmente en la Radio Estambul. Murió en 1978.

Los armenio-americanos en particular están entre los grandes nombres de músicos de laúd, tales como Richard Hagopian (quien estudió con Udi Hrant), John Berberian, Ara Dinkjian, John Bilezikjian, y otros.