miércoles, 9 de mayo de 2012

Armenia se inspira en los héroes de la Gran Guerra Patria


La victoria contra el nazismo en Europa, junto con la victoria de la Unión Soviética en la Gran Guerra Patria (1941-1945), nunca ha dejado de ser un inquebrantable vínculo que unía a los residentes del espacio postsoviético.
Sin embargo, incluso con relación a este glorioso acontecimiento surgen con frecuencia manifestaciones de incomprensión y confrontación.
Armenia es una de las antiguas Repúblicas Soviéticas donde la manera de celebrar el Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria no ha sufrido modificaciones importantes, dado que los cataclismos históricos ocurridos después de la desintegración de la URSS no fueron capaces de alterar la tradicional percepción de esta fecha.
Esta actitud positiva hacia el 9 de mayo no se debe únicamente al entendimiento de la importancia de la derrota del nazismo y de su papel crucial para el futuro curso de la Historia Universal, sino al sincero orgullo del pueblo armenio por haber efectuado su aportación a la causa común y por la concesión a esta fiesta de un marcado carácter nacional.
Mariscales, generales y almirantes que glorificaron a Armenia
No importa el enfoque que se le dé en los cursos escolares al período soviético en la Historia nacional de Armenia ni los cambios de las programaciones en los colegios en función de las demandas de la política, los habitantes de la república desde la más tierna infancia conocen el número de mariscales, generales y almirantes que dio en los años de la guerra al imperio soviético el pequeño pueblo armenio. También se saben el número de Héroes de la Unión Soviética que criaron las madres armenias, y el de las divisiones que envió al frente el país, cuando apenas estaba recuperado de las atrocidades del tumultuoso y sangriento inicio del siglo XX, con su genocidio, sus guerras y la amenaza de aniquilación.
Cuatro militares de alto rango; el Mariscal de la Unión Soviética, Iván Bagramián; el Mariscal Jefe de las Fuerzas Acorazadas, Amazasl Babadzhanián; el Mariscal de Aviación, Armenak Jamferiants; el Mariscal de las Tropas de Ingeniería, Sergгéi Agánov; y el Almirante de la Flota de la URSS, Ovanés Isaakián, permanecen en la cúspide misma de la jerarquía militar, inmunes al tiempo y a los vientos y exigencias de la política del momento.
Este panteón de la victoria se completa por 93 generales,105 Héroes de la Unión Soviética y 27 caballeros de la Orden a la Gloria, de modo que las palabras “la Gran Guerra Patria” no suenan vacías, sino que entrañan un significado muy transparente tanto para las generaciones mayores como para las jóvenes.
Armenia se siente orgullosa por haber enviado al frente seis divisiones de infantería mecanizada, una de las cuales, la 89 Tamánskaya, llegó combatiendo hasta Berlín.
Esta actitud profundamente arraigada en la sociedad armenia no deja de tomarse en consideración por todas las fuerzas políticas del país, sean cuales sean sus prioridades ideológicas. El respeto y la glorificación de los héroes nacionales es un atributo obligatorio del “saber hacer” político de estos momentos.
El sagrado significado del 9 de mayo
La aportación del pueblo armenio a la victoria contra el nazismo fue realmente importante. De acuerdo con diferentes estimaciones, hasta 600.000 soldados de esta república combatieron en el frente: 300.000 de ellos fueron enviados por su propia tierra, 200.000 personas fueron mandadas por otras Repúblicas soviéticas y 100.000 personas, por países extranjeros. La mitad no regresó nunca a casa.
Aún más impactante resulta esta cifra, si se tiene en cuenta que en aquellos momentos la población de Armenia apenas superaba 1,3 millones de personas.
Los historiados y los veteranos de la Gran Guerra Patria coinciden en que el sacrificio de centenares de miles de jóvenes armenios contribuyó a salvar a la república de una eliminación definitiva.
“Teníamos muy claro que el éxito de las tropas hitlerianas acabaría inevitablemente en la invasión de Armenia por las 26 divisiones turcas desplazadas en nuestra frontera”, señaló en su entrevista a la Agencia Novosti-Armenia el presidente del Comité de Veteranos de Guerra y de las Fuerzas Armadas, Petrós Petrosián. Según el experto, el futuro de la República habría sido en este caso muy poco prometedor.
La salvación de un posible genocidio es un factor de no poca importancia que incita a la sociedad armenia a tratar de forma respetuosa a sus veteranos, cuyo número, según Petrós Petrosián, es actualmente de unas 2.440 personas, de las que 257 son mujeres.
El experto subraya que se muestra una especial atención a los veteranos por el actual presidente del país, Serzh Sargsián, y por el ministro de Defensa, Seirán Oganián.
El estudio de las biografías y de la trayectoria vital de los militares soviéticos de alto rango y de procedencia armenia constituye una parte inalienable de la formación militar y patriótica a nivel nacional. Centros docentes, polígonos de pruebas y condecoraciones estatales llevan los nombres de los ilustres hijos del pueblo armenio.
Al mismo tiempo, las élites políticas del país ponen el heroísmo de los veteranos de la Gran Guerra Patria en directa conexión con los éxitos actuales de la república, teniendo presente la continuidad de los procesos históricos y concediendo un significado profundamente simbólico e incluso sagrado al 9 de mayo.
Además, señala el director del Departamento de Estudios Políticos del Instituto del Cáucaso, Serguéi Minasián, a diferencia de muchos Estados del espacio postsoviético, los ánimos antirrusos nunca han prevalecido ni prevalecen en la sociedad ni entre los políticos armenios. De modo que la percepción del Día de la Victoria no es ni negativa ni politizada, cosa que suele ocurrir en algunas de las ex repúblicas soviéticas.
Un pueblo orgulloso de su Historia
El Día de la Victoria se celebra en Armenia al más alto nivel: la mañana empieza con discursos de felicitaciones pronunciados por el presidente del país, el presidente del Parlamento Nacional, el presidente de Gobierno y el ministro de Defensa. Dirigentes políticos, militares y religiosos de la república depositan ofrendan florales al pie del Monumento al Soldado Desconocido en el Parque de la Victoria en la capital armenia.
El punto culminante de la celebración es el desfile conjunto de las unidades del Ejército Armenio, del personal de la 102ª base militar rusa y del departamento fronterizo del Servicio Federal de Seguridad de Rusia. Desde hace algunos años tradicionalmente se instala en el Parque de la Victoria una cocina militar de campaña que atiende a los veteranos, a quienes los políticos, los habitantes y los visitantes de la ciudad felicitan con motivo de la gran fiesta.
La actitud de las élites políticas hacia los veteranos de la Gran Guerra Patria y hacia el Día de la Victoria contra el nazismo es profundamente respetuosa, continuando sus gloriosas tradiciones los militares de hoy.
“La causa de nuestros veteranos, de nuestros abuelos y padres no se perdió. Sus proezas se plasmaron en nuestros actuales avances, en la manera de actuar de nuestra generación”, subraya el ministro de Defensa de Armenia, Seirán Oganián.
No se han llevado a cabo los pertinentes sondeos de la opinión pública, pero Agarón Adibekián, eminente sociólogo armenio, asegura que la actitud popular hacia la fecha es muy positiva.
“Es un fragmento de la Historia nacional y nos sentimos orgullosos de ella. En Armenia nunca ha habido ni habrá una percepción de la guerra como la que se muestra en los países bálticos y entre los ultranacionalistas ucranianos. Fue nuestra victoria”, concluye el experto.
*Gaguik Bogdasarián es comentarista en temas políticos de la Agencia de Información Internacional “Novosti-Armenia”