lunes, 23 de julio de 2012

El Libro de los Susurros de Varujan Vosganian.

VARUJAN VOSGANIAN (nacido en 1958) procede de una familia de origen armenio emigrada a Rumania desde el antiguo Imperio Otomano tras el genocidio de 1915 emprendido contra los armenios.

Personalidad compleja,Varujan Vosganian es escritor, político, economista, matemático, profesor universitario y…pianista. Es el líder de la comunidad armenia de Rumania y primer vicepresidente de la Unión de Escritores de Rumania. Entre 2006 y 2008 fue ministro de Economía y Finanzas y, en los últimos veinte años, después de la caída del régimen comunista, ha sido miembro del Parlamento de Rumania, primero como diputado y en la actualidad como senador.

Sus libros abarcan una amplia variedad de temas, desde la politología y economía hasta la poesía y prosa. Su obra literaria se compone de tres libros de poesía: El brujo azul (1994), El ojo velado de la reina (2001), algunos de cuyos poemas se han publicado en revistas literarias de España yMéxico, y Jesús con mil brazos (2005); uno de prosa corta, La estatua del comendador (1994) y El libro de los susurros (2009), el cual lo ha consagrado como escritor por el éxito de crítica y librería, así como por el interés que ha despertado en el plano internacional.

El libro:

E

ra un niño cuando comenzó a escuchar historias. Sus principales relatores fueron Garabet Vosganian y Setrak Melichian, sus abuelos paterno y materno. Y aunque fue en el Focsani de su infancia donde aprendió a leer los susurros, este libro se empezó a escribir mucho antes. No en la primavera de 1915 cuando el genocidio armenio. Ni tampoco cuando las matanzas de Stalin. Tal vez las primeras líneas brotaran en la batalla de Avarair contra los persas. Según Vosganian (Craiova, 1958), poeta, líder de la comunidad armenia en Rumanía, El libro de los susurros ya existía, o así lo entendió su autor según escuchaba, porque lo que en voz baja contaban los viejos de su infancia no eran sino páginas de un libro que no estaba en papel impreso. Vosganian no se considera el narrador sino el primer lector de El libro... Y son Garabet y Setrak, los relatores, quienes señalan al nieto como futuro narrador. En este libro estremecedor e imprescindible sabemos que los armenios se reconocen porque lloran a los mismos muertos, que algunos se reconcilian en la vejez y que las partidas de cartas son como nuevos tratados de Postdam. Ellos son quienes hablan de lo difícil que es morir donde uno ha nacido. Cosas que se aprenden: "Apátrida no es no tener patria a la que amar, sino no tener patria que te proteja". Resulta fascinante la belleza de las historias, aunque encierren momentos y escenarios terribles. ¡Qué exquisita urdimbre tejida de placidez y desasosiego! Y el círculo que nunca se cierra de separaciones y reencuentros. Y desaparecidos. Narración con vocación memorística, homenaje a los protagonistas de las sucesivas diásporas. Documento conmovedor, novela que es Historia. Un pero, echo de menos voces de mujeres. Por último, una información aterradora: el autor supo de crímenes no tanto por testimonios de supervivientes sino por las "baladronadas de los asesinos".