domingo, 4 de marzo de 2012

Italianos famosos de origen armenio


Entre los nombres más famosos de armenios en Italia en los siglos anteriores era Gjuro Baglivi (Giorgio Baglivi), a quien la Enciclopedia Italiana (conocido como Treccani) sostiene que es "uno de los hombres más eminentes de la historia de la medicina".
Baglivi era el nombre de un médico de Lecce, que lo adoptó como un huérfano de una familia Julfa.
Otros famosos italianos de origen armenio son el veneciano ingeniero Anton Sourian, el abad de Venecia y autor Seriman Zaccaria, la poetisa Vittoria Aganoor y el químico Giacomo Luigi.
A pesar de su reducido número, los armenios en Italia han logrado notables éxitos en la vida cultural del país. Por ejemplo, menciona a menudo son el libro y el crítico de cine Glauco Viazzi (Jusik Achrafian, 1921-1981), el crítico de arte Eduardo Arslan (Yetwart, 1899-1968), el músico Angelo Eferkian (1910-1982) y Alessandro Megighian (1928-1981), ex presidente de la Academia Europea de Gnatología.
Los tres primeros fueron conmemorados en una iniciativa encomiable desde 1982 hasta 1984 en Venecia, bajo el título general "los armenios en la cultura italiana".
Un italiano poco conocido y famoso con ascendencia armenia es el empresario Paolo Kessisoglu (1969), cuyo abuelo, nacido Keshishian, trasladados desde Anatolia a Génova a principios del siglo 20 por temor a las agresiones en Turquía (a pesar de que ya cambió su apellido a una versión más turca .)
Gevorg Petrosyan es un luchador armenio y famoso boxeador tailandés muay vida en Italia y luchando fuera de Satori Gladiatorium en Gorizia, Italia.

Las niñas en Turquia,el final de la infancia mediante la violencia.


Las niñas e Turquía están condenadas a ser en cualquier momento entregadas a un marido que solo conocerá después de casarse y seguramente 30 o 40 años mayor que ellas.
Estadísticas oficiales cifran en más de 180 mil las chicas casadas en Turquía en la actualidad, aunque el número puede ser superior porque la mayoría de los casos carecen de constancia legal.

El fenómeno es común a nivel nacional pero tiene más incidencia en regiones rurales del sureste y en Estambul, la principal urbe y ancestral punto de tránsito entre culturas de Oriente y Occidente.

Por lo general las víctimas ignoran el casamiento arreglado por sus padres y futuro esposo hasta el momento de la ceremonia, realizadas casi siempre en rito religioso y sin garantías de pensión u otro tipo de beneficios para las mujeres.

Ahí muere la infancia y comienza para las jóvenes esposas una vida signada por las violaciones sexuales, agresiones físicas, trabajos forzados y hasta la prostitución y, que en muchas ocasiones, termina con el suicidio.

Las nuevas responsabilidades, más el consecuente embarazo precoz, las alejan de sus estudios, de todo roce social y las condenan a sufrir en silencio el dolor de la humillación, ansiedad, depresión, fatiga y enfermedades.

"El matrimonio prematuro es un obstáculo para las mujeres. Obligar a una niña a casarse antes de completar su desarrollo psico-físico conlleva a desórdenes mentales irreversibles", consideró Nilufer Narli, decano de la facultad de Sociología de la universidad Bahcesehir, Estambul.

En noviembre pasado, la organización femenina Ucan Supurge presentó ante el Parlamento los resultados de una investigación sobre el tema realizada en 54 provincias del país euroasiático durante 2008.

Según la pesquisa, 28,2 por ciento de las bodas turcas son con niñas, aunque en algunas regiones del sureste esa cifra sobrepasa el 50 por ciento de los enlaces matrimoniales.

Una de cada tres mujeres menores de 49 años se casó antes de cumplir los 18, lo cual evidencia que esa costumbre está arraigada en Turquía y es incluso más habitual en las grandes ciudades, estimó Sevna Somuncuoglu, activista de la organización.

VISIBILIZAR EL PROBLEMA

Ucan Supurge está decidida a combatir los matrimonios con niñas, y con ese fin también desarrolla desde 2010 una campaña nacional para visibilizar esa práctica y sensibilizar a los habitantes del país sobre la necesidad de frenarla.

La proyección de documentales, entrega de material con información alusiva a la problemática y la realización de charlas educativas son algunas de las actividades contempladas en el proyecto, indicó Selen Doga, coordinadora general de la asociación femenina.

El grupo trabaja, además, en la recolección de 54 mil firmas para solicitar a los legisladores incrementar la edad legal de los casamientos de 17 a 18 años.

Su estrategia ya ofrece resultados positivos y entre sus logros figura la producción de varios audiovisuales sobre el tema, el más reciente es la telenovela La vida continúa, del popular cantante Mahsun Kirmizigul, devenido en guionista y director de cine.

Esa obra presenta las penurias de Hayat, una quinceañera obligada a desposar un anciano de 70 años para aliviar la pobreza de su numerosa familia.

Kirmizigul basó el drama de la novela en testimonios reales de las niñas-novias entrevistadas en uno de los documentales de Ucan Supurge.

El lanzamiento de un catálogo especial en Gelin Dergisi, la principal revista turca de moda nupcial, con nueve afamadas personalidades junto con sus hijas, también es fruto de la campaña emprendida por la organización femenina.

Ese texto, distribuido con la edición de enero-febrero de 2012, muestra a esas celebridades vistiendo camisetas con el eslogan "No entregaré a mi hija en matrimonio, tú tampoco debes hacerlo" y citando frases en contra de los casamientos prematuros.

De acuerdo con el editor de la publicación, Nurten Bayir, donarán a Ucan Supurge el capital recaudado en las ventas del folleto para que intensifique sus acciones en la erradicación de esa práctica social.

Gelin Dergisi -indicó el directivo- mantendrá el material disponible en su portal digital y también prevé comercializar las camisetas empleadas en la campaña.

Por otro lado, la bancada del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo presentó este mes una moción ante la Asamblea Nacional con vistas a incrementar en otros cuatro años la edad obligatoria de escolarización, actualmente de los siete hasta los 15.

El vicepresidente del grupo, Nurettin Canikli, explicó que la normativa busca abarcar la enseñanza preuniversitaria (de 15 a 19 años).

Si el Parlamento aprueba la medida, por lo menos existirá un instrumento legal para proteger los derechos de las adolescentes a completar su formación académica.

A la par de Ucan Supurge, otros colectivos de mujeres luchan en Turquía contra un flagelo ligado indisolublemente a los casamientos precoces: la violencia doméstica y de género.

Se estima que más del 40 por ciento de la población femenina del país ha sufrido abusos físicos a manos de sus esposos por celos o rabia.

Entre febrero de 2010 y agosto de 2011 la policía registró 80 mil denuncias por los maltratos en el hogar, también la causa principal de los feminicidios.

Defensoras de los derechos humanos aprovecharon el pasado 14 de febrero, día del amor, para abogar por el fin del fenómeno y rescatar el respeto en la cultura conyugal de la sociedad turca.

Ojalá que todos esos movimientos fructifiquen y logren cambiar la suerte de millones de niñas y mujeres despojadas de sus sueños porque se les considerada un mero objeto sexual que puede comprarse, venderse y hasta heredarse.