martes, 7 de octubre de 2014

Vivienda social y planeamiento urbano en Ereván

Este artículo es una recopilación de un ensayo que apareció originalmente en el espacio en línea del Colectivo Ajam Media. Fue escrito por Sina Zekavat, estudiante de espacios urbanos que ha vivido en Teherán, Londres y Nueva York. El Colectivo Ajam Media documenta y analiza tendencias culturales, sociales y políticas en las diversas comunidades iraníes, centroasiáticas y del extranjero.

Hoy en día, es imposible caminar por Ereván y no notar la melancólica presencia de un tipo de construcción a lo largo del cambiante paisaje urbano: el bloque de vivienda social soviético. Lejos de ser una ruptura con el pasado, el legado de viviendas soviéticas sigue estando muy presente y con mucha influencia en la experiencia diaria de Ereván.

Esos edificios grises y a menudo desvencijados constituyen la mayor parte de viviendas en Armenia. A diferencia de algunos países con mayor legado capitalista, donde la vivienda social se ha marginado como un lugar para los pobres, en Ereván y muchos otras ciudades eurasiáticas pos socialistas como Bakú, Tiflis y Taskent, estos bloques de viviendas todavía ofrecen las condiciones de vida más comunes y accesibles para los ciudadanos promedio.

A través de una cuidadosa observación del legado soviético de Ereván así como de las actuales transformaciones de Ereván, este artículo busca explorar el lento declive del socialismo como un proceso complejo y muchos estratos que simboliza no solamente la muerte de una particular utopía o ideología, sino también el surgimiento de nociones nuevas, a menudo en conflicto, de pertenencia y nacionalidad.

Ereván es la capital y la mayor ciudad de Armenia. Con una población de 1.117 millones de personas, contiene aproximadamente al 34% de la población total y el 54% de la población urbana de Armenia. El origen de la ciudad data del siglo VIII antes de Cristo, cuando empezaron a crecer los asentamientos a lo largo de las riberas del río Hrazdan en el noreste de la llanura del Ararat. Años de transformación política, dominación, invasión y guerra entre gobernantes árabes, persas, otomanos y rusos han dejado poco trazo físico de la historia antigua de esta ciudad. Cada imperio le dio forma a Ereván para satisfacer su propia identidad ideológica. Aun así, el año 1920 marcó un capítulo importante de la actual historia urbana de Ereván –cuando la ciudad se convirtió en capital de la República Soviética Armenia, una de las quince repúblicas de la Unión Soviética.


Mapa 1: Primer mapa oficial de Ereván publicado en 1920, antes de la puesta en marcha del plan radial de Tamanian.

Urbanización soviética


El primer plan general de Ereván bajo gobierno soviético se aprobó en 1924 y lo desarrolló Alexander Tamanian, arquitecto armenio nacido en Rusia. Inspirado por las tendencias de Ciudades Jardín de su época, el plan radial se diseñó para alojar a una población de 150,000 y se colocó sobre la la estructura ya existente de la ciudad. La mayor parte de la estructura urbana existente fue incorporada en el nuevo plan. Pero no toda. Debido al enfoque inicial ideológico internacionalista de los soviéticos hacia la religión y la historia, muchos edificios no sobrevivieron a esta gran transformación y en consecuencia, se demolieron miles de casas y edificios históricos, incluidos iglesias, mezquitas, baños, bazares, caravasares y también la antigua fortaleza de Eriván. Como en otras ciudades socialistas, una combinación ideal de eficiencia económica y laboral, justicia social en términos de bienes y servicios urbanos y una alta calidad de vida comunal para las poblaciones urbanas fueron visiones típicas para el Ereván urbano.

La rápida industrialización catalizó la migración masiva de personas de áreas rurales de Ereván. Las viviendas de propiedad del estado en Ereván crecieron rápidamente, y la urbanización se convirtió en una herramienta importante para el gobierno socialista para hacer ingeniería y organizar la población flotante en una fuerza de trabajo unificada.

Luego de la muerte de Stalin en 1953 —y desde comienzos de la década de 1960 hasta el colapso del estado soviético en 1991— la urbanización continuó a pasos más rápidos y se basó en ideologías modificadas. El racionalismo, el funcionalismo y la producción masiva se establecieron para reemplazar “derrochadores” ornamentos y planificaciones monumentales de la era de Stalin. A los arquitectos se les ordenó enfocarse en diseños simples y reproducibles, a bajo costo y velocidad de construcción acelerada. La prefabricación de concreto y los sistemas de construcción modulares de construcción son resultados notables de esos cambios.

La relativa reducción de Khrushchev de limitaciones sociales y culturales permitió un cierto nivel de apertura para el resurgimiento del nacionalismo armenio y la reestructuración de los ciudadanos en el extranjero como la parte integral de la nación armenia. La repatriación de armenios en los años 60 y el aumento de las migraciones rural-urbanas tuvieron como resultado una creciente escasez de viviendas en Armenia y más notoriamente en Ereván. A pesar de la campaña masiva de vivienda de Khrushchev, la escasez de viviendas continuó hasta los años 80 y llegó a su punto más alto en 1988 luego de los desplazamientos masivos causados por el conflicto étnico de Nagorno-Karabakh con Azerbayán, seguidos por el devastador terremoto de 1988.



Mapa 2: plano general de Tamanian de Ereván. Nótese el cambio en la orientación del mapa de este-oeste a norte-sur. Tal vez este plano extendía las fundaciones de orientación norte-sur para el Ereván urbano. Números: 1- Escultura de Stalin 2- Casa de la öpera 3- Avenida del Norte 4- Plaza Lenin.


Haciendo lugar a través de la apropiación estatal

Un aspecto importante aunque pasado por alto de la historia urbana armenia es la domesticación de espacios de propiedad estatal, que resulta de actos directos de hacer lugar y apropiación del espacio físico.

A través de décadas de adición, expansión y remodelación interior ad hoc, muchos armenios transformaron sus casas prefabricadas de propiedad estatal en espacios domésticos distintos. Esta fue una respuesta espontánea a las deficiencias espaciales de esos espacios para acomodar estilos de vida rural y patriarcales. La constante promoción y aplicación del núcleo familiar del estado soviético como una forma ideal de organización social fue una de las principales guías para diseño arquitectónico. Es más, a través de arquitectura cuidadosamente diseñada, el estado soviético planeó desmantelar los lazos multigeneracionales y patriarcales que las familias armenias desarrollaron grandemente y de los que dependían antes de su migración de la áreas rurales. Esto significa que para los planificadores urbanos y los arquitectos en Moscú, el diseño modular no era simplemente un medio para una construcción más rápida sino también una herramienta para crear una sociedad urbana homogénea de unidades familiares más pequeñas.



Una pareja mayor pasa la tarde en el patio comunitario de un bloque de viviendas soviético. Foto de Sina Zekavat.


Muchos lazos familiares se rompieron pero no todas las familias armenias jugaron su rol prescrito como habitantes pasivos de estos espacios. Cercando balcones exteriores y retirando muros de partición interiores, las familias agregaban un área adicional a sus casas y creaban disposiciones de espacio alternativas Los balcones cercanos por lo general se convertían en dormitorios para los niños o para jóvenes parejas casadas. Hay relatos de que los espacios interiores cambiaban casi con todos los nacimientos, muertes y matrimonios con la finalidad de adaptarse las cambiantes estructuras familiares. La mayoría de los espacios para dormir no tenían función o diseño permanente pues se convertían en espacios compartidos durante el día.

Aunque muchas fuentes occidentales y soviéticas han sostenido que las tradiciones de las familias extendidas habían disminuido durante las políticas soviéticas, la continuidad de esas transformaciones espaciales muestra que las ideologías de afinidad tradicional han jugado un rol activo y central en la transformación de Ereván hasta hoy. Ciertamente, los patrones de intensa interdependencia entre parientes y vecinos resultaron en límites menos definibles entre afinidad y vecindad.


Convirtiéndose en ciudad global: Inventando jerarquía

Con el colapso de la Unión Soviétoca, Ereván pasó a ser la capital de la independiente República de Armenia en 1991. Desde que ganó su independencia, la ciudad capital ha sido objeto de un complejo proceso construcción nación poscolonial, mientras que simultaneámente adoptaba tendencias de urbanización globalizadas, La implementación de jerarquías sociales, económicas y espaciales se ha vuelto el necesario primer paso para presentar la ciudad a mercados globales. Los espacios de la nueva armenidad se están forjando desde el existente material socialista urbano. Como en muchas otras ciudades que se aburguesan, la demolición y el desplazamiento se está volviendo una práctica más y más común. Se presentan nuevos proyectos multinacionales de construcción y se les justifica como actos de construcción de nación mientras que la élite emergente espera que la mayoría de bajos ingresos haga sacrificios en beneficio de la nación como un todo.

La construcción de la Avenida del Norte es uno de los recientes ejemplos de este proceso contradictorio. El proyecto fue concebido por Tamanian, el arquitecto de la ciudad, a mediados de 1900 como un eje que conecta la estatua de la Madre Armenia (antigua estatua de Stalin), la Casa de la Ópera y la plaza de la República (antigua plaza Lenin) (ver Mapa 2). Pero el plan recién se implementó a comienzos de 2000, cuando los funcionarios de la ciudad vieron el potencial transformativo del proyecto. Cientos de casas de bajos recursos que estaban en medio del camino del proyecto fueron compradas y demolidas. Terrenos fueron consolidados en lotes más grandes y al final fueron subastados a promotores privados ruso-armenios con la finalidad de dejar paso para un nuevo territorio de lujo de uso mixto residencial-comercial.



Izquierda: Vista de casas de bajos ingresos antes de su demolición. La Casa de la Ópera de Tamanian y la estatua de la Madre Armenia son visibles en primer plano. Crédito de la image: HovoYerevan
Derecha: Misma vista en 2013 luego de la inauguración de la Avenida del Norte. Crédito de la image: Hayk Bianjyan.

Aunque los funcionarios presenten el proyecto como una “nueva imagen” para la ciudad, con cientos de casas y espacios comerciales, los habitantes desplazados siguen irrumpiendo en oficinas gubernamentales alegando que lo que el gobierno les ha pagado no es suficiente para comprar una nueva casa con las mismas instalaciones en cualquier parte de la ciudad.

En esos procesos de globalización es que las antiguas órdenes centro-periferia se reemplazan por formas más complejas de jerarquías socio-espaciales. En otras palabras, el centro antiguo, decrépito, antimoderno se está rehaciendo para ser el corazón “basado en la tradición nacional” aunque global y cosmopolita de la ciudad, mientras que los bloques de apartamentos soviéticos, antes los precursores de la modernidad, están ahora relegados no solamente a lo geográfico sino también en la periferia mental. Para los habitantes desplazados, vendedores ambulantes y propietarios de pequeñas tiendas, la periferia es ahora una nueva realidad socio-espacial cotidiana que era discutiblemente inimaginable en los días soviéticos.

Es importante mencionar que la visión idealizada de Ereván por parte de quienes viven en el extranjero como ciudad natal también juega un rol crítico en el surgimiento de esos proyectos inmobiliarios. Por ejemplo, cada año en Los Ángeles, la organización sin fines de lucro Hayastan Fondos para Armenia, solicita millones de dólares de donación de ciudadanos que viven en el extranjero para proyectos inmobiliarios dentro de Armenia. En un video de la organización de la teletón 2013, los edificios de la Avenida del Norte representan una nueva Armenia mientras que grupos de jóvenes armenios corren entre estos edificios expresando con alegría su esperanza y optimismo.

¿Diálogo con el pasado?


En los últimos 20 años, la falta de manejo público en muchos casos ha dejado espacio comunitarios a su propia suerte. En algunos lugares, personas o grupos de habitantes han asumido la responsabilidad de mejorar sus condiciones. En este caso, se ha agregado un nuevo patio de juegos al patio comunitario. Foto de Sina Zekavat.
Las viviendas producidas en masa de la era soviética parecen no son solamente un capítulo único de la historia urbana de Armenia, sino también los recuerdos colectivos y la estética cultural de un pasado reciente que lucha por ser reconocido e integrado en la transformación general del país.

Harch Bayadyan, crítico cultural y profesor armenio de Medios y Estudos Culturales en la Universidad Estatal de Ereván, ha escrito intensamente de las complejidades de la transición poscolonial y nacional en el contexto de la estática armenia y la identidad colectiva. A la vez que llama a la “necesidad de diálogo con el pasado soviético”, Bayadyan ha sido crítico de los planes sociales y económicos del nuevo gobierno, desde educación a urbanización por no tener semejanza ni conexión con las experiencias históricas de Armenia.

Desde los bloques de viviendas soviéticas hasta los costosos proyectos inmobilarios de uso mixto del nuevo gobierno armenio, las narrativas formuladas por el estado de modernidad, globalidad, ciudadanía y nacionalidad siguen encontrando formas siempre cambiantes en el ambiente construido de Ereván. Con la creciente fetichización de la mentalidad de “desarrollo igual a progreso”, lo que se está desarrollando hoy día es el allanamiento de imaginaciones culturales así como de posibles futuros de Ereván como una metrópoli ricamente diversa y compleja de múltiples historias que podría alojar a todos los armenios sin importar su condición social y económica.


Vista aérea de Ereván contemporáneo. Crédito de la imagen: Bing Maps.



https://es.globalvoicesonline.org/2014/10/07/convirtiendose-en-una-ciudad-posovietica-vivienda-social-y-planeamiento-urbano-en-erevan/