lunes, 20 de abril de 2015

Lucin, la armenia centenaria que no se permite olvidar...


Nacida hace más de 100 años en la ciudad de Aintab, Lucin Khatcherian, única superviviente en Argentina del genocidio armenio, está decidida a ser la memoria viva de la persecución que padeció su nación a manos de los turcos a principios del siglo XX.

"Las cosas no se olvidan. Tengo una tía que tenía cuatro hijos, a tres de ellos los degollaron. Esa mujer se pasó toda la vida llorando. ¿Cómo se olvida uno?", se emociona Lucin, que desde el año pasado es la única superviviente de esta masacre en el país, según la Asociación Armenia local.
Según su documento de identidad, Lucin nació el 12 de abril de 1909 y acaba de cumplir 106 años, pero como debió sumarse 4 años para figurar como mayor de edad para embarcarse hacia Argentina, en realidad ronda los 102.

Esta mujer de cabello blanco que camina lentamente ayudada por un bastón, ha perdido un poco el oído, pero mantiene una voz jovial y las ganas de contar su historia. "Cuento para hacer un bien, otra cosa no tengo. Sin embargo, cuando recuerdo, de noche no puedo dormir, me duele", reconoce en una entrevista con AFP.

En el apartamento de su hija, con quien reside en Villa Crespo, un barrio comercial de clase media donde vivió desde que se instaló en Buenos Aires, va y viene con los recuerdos que saca de su memoria como si de una caja de Pandora se tratase.
Su español no es fluido pese a que hace más de 80 años que llegó a Argentina, se nacionalizó y nunca se fue del país que la acogió, donde viven unos 150.000 armenios, la mayor colectividad de América Latina y la tercera del mundo. "Los argentinos son buena gente. Acá un vecino parece familia", dice agradecida. "Al final estoy bien, tengo la familia, con esto me alcanza", afirma mientras asienten sus dos hijos, Elena (77) y Eduardo (74) que le dieron cinco nietos y ocho bisnietos.

Nunca regresó a Armenia, donde ya no le quedan parientes y de donde tuvo que exiliarse en dos ocasiones.
- Una larga travesía -
Lucin, la menor de seis hermanos cuyo padre joyero también exportaba pistachos, nació en Aintab en "una linda casa de tres pisos" donde estaban "muy bien", cuenta.

Sin embargo, lo bueno terminó el 24 de abril de 1915, cuando el Imperio Otomano hizo detener a centenares de intelectuales, docentes y artistas armenios, fecha simbólica en que se conmemora el genocidio en el que murieron 1,5 millón de armenios, según los historiadores, algo que Turquía no admite.

Llegó el primer exilio de la familia Beredjiklian -su apellido de soltera-, en el que murió su madre, de la que no tiene recuerdos: "¿Qué vida pude tener sin mi mamá?", se pregunta 100 años después. Lucin afirma que pese a todo tuvo "un Dios aparte" que la fue salvando a lo largo de la vida: "Siempre hubo gente que ayudó, me arreglé".

Durante la primera huida a Damasco, intuyendo que algo andaba mal, su padre sobornó a un soldado para que les permitiera bajar del tren en la noche. Se cree que ese tren nunca llegó a destino y terminó en el desierto, donde miles de armenios murieron de hambre y sed.
La familia de Lucin se instaló en Damasco, sus tíos partieron a Estados Unidos, pero su padre quiso esperar para regresar a su casa unos años después. Al volver "la casa estaba sin ventanas, todo robado, destruida", recordó. Había terminado la Primera Guerra Mundial.

No obstante, en 1920 se desató la guerra de Aintab. Su casa, que quedó del lado armenio, "se llenó de parientes que venían del lado turco". Tenía seis años. Pasaban hambre, robaban para comer, el padre enfermó y hubo que volver al exilio.
Partieron en un carro grande en el que pusieron unas alfombras debajo de un colchón para el padre enfermo, detalla. En un control, soldados turcos descubrieron que llevaban escondidos unos lingotes de oro. Tras llorar y suplicar debieron entregar la mitad para poder seguir.

- Sin tiempo para el miedo -

Llegaron a Alepo, Siria, donde su padre murió dos años más tarde. Uno de sus hermanos, también joyero, se fue para empezar una vida nueva y llegó a Argentina. El resto de la familia lo fue siguiendo de uno en uno, pero Lucin se quedó en Siria con su hermana mayor hasta terminar la primaria. A los 16 años emprendió el viaje con otra familia armenia.
Tras pasar por Beirut y Grecia, llegaron a Marsella, Francia, donde por una herida en un ojo no la dejaron subirse al barco. Debió esperar un mes para embarcarse para un largo viaje en tercera clase.

"¡Que se mueran!", exclama Lucin, cuando se le pregunta sobre los turcos quienes, según ella, "son todos ricos porque nos robaron todo". Recordar los dolores reavivan su rechazo, pero no transmite temor. Para Lucin, "no quedó tiempo para sentir miedo".

Georgia rechazo considerar como Genocidio los hechos de 1915.


El Presidente de Georgia, Giorgi Margvelashvili, no visitará Armenia para conmemorar el centenario del Genocidio Armenio, informa Interfax de Rusia.
Interfax citó a Tengiz Pkhaladze, un ayudantede Margvelashvili, diciendo que Georgia había informado a las autoridades armenias a través de los canales diplomáticos que el presidente Margvelashvili no será capaz de llegar a Armenia ni el 23 de abril,ni el 24 porque él se reunirá con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que visitara Georgia en los mismos días.
El gobierno georgiano confirmó los informes anteriores de que el primer ministro de Georgia Irakli Gharibashvili no estará presente en Armenia para el centenario.
La semana pasada, el parlamento de Georgia rechazó una moción para considerar el reconocimiento del Genocidio Armenio.
Expertos independientes dicen que Georgia es reacio a reconocer las matanzas de armenios en el Imperio Otomano como genocidio por temor a molestar a sus buenas relaciones con la vecina Turquía y Azerbaiyán, sus principales socios económicos.

ALEMANIA EN VÍSPERAS DE RECONOCER EL GENOCIDIO ARMENIO.


En un cambio importante en el principal socio comercial de Turquía en la Unión Europea y el hogar de millones de turcos, Alemania se une a otras naciones e instituciones, entre ellos Francia, el Parlamento Europeo y al PAPA Francisco en el uso del término "GENOCIDIO",tan condenado por el presidente turco, Tayyip Erdogan.

El portavoz de la canciller Angela Merkel, Steffen Seibert, dijo que el gobierno apoyaría una resolución en el Parlamento el viernes declarando como genocidio a las masacres de 1915.

Alemania se había resistido a usar el término "genocidio" a pesar de que Francia y otras naciones lo sostiene. Pero el gobierno de coalición se vio presionado por diputados parlamentarios en sus propias filas que planean usar la palabra en una resolución.
"El Gobierno respalda el proyecto" ... el destino de los armenios durante la Primera Guerra Mundial sirve como un ejemplo de la historia de los asesinatos en masa, limpiezas étnicas, expulsiones y, sí, los genocidios durante el siglo 20", dijo Seibert.

Ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, ha rechazado el uso de la palabra genocidio en una entrevista de televisión ARD el domingo, negando cualquier sugerencia que estaba siendo evitado para evitar molestar a Turquía.
"La responsabilidad no se puede reducir a un solo término," dijo.
Los miembros del parlamento en los conservadores democristianos y sus socialdemócrata (SPD) aliados forzaron el cambio.
Los analistas dijeron que la reticencia hasta ahora en Alemania,se debió al temor de molestar a Turquía y los 3,5 millones de alemanes de origen turco o ciudadanos turcos que viven en Alemania.
El gobierno alemán también no quería usar la palabra debido a las preocupaciones de las masacres cometidas en 1904 y 1905 por las tropas alemanas en lo que hoy es Namibia podría también llamarse genocidio - que conduce a demandas de reparación.
"Es una contradicción llamativa por el gobierno alemán que Alemania está negando el genocidio de los armenios", dijo Ayata Bilgin, un politólogo de la Universidad Libre de Berlín.

"La investigación ha demostrado que la presión externa sobre los países pueden tener una influencia considerable y Alemania podría desempeñar un papel muy importante en esta discusión sobre Turquía.