domingo, 2 de abril de 2017

Armenia: Karabaj nunca ser parte de Azerbaiyán !


La república autoproclamada de Nagorno Karabaj no puede ser parte de Azerbaiyán bajo ningún estatus, afirmó la Cancillería armenia en su sitio web en relación con el aniversario de la escalada en la zona del conflicto regional en abril pasado.

"La guerra de abril, una vez más demostró que Nagorno Karabaj nunca y en ningún estado será parte de Azerbaiyán y la realización del derecho a la libre determinación del pueblo de Artsaj (nombre armenio de Karabaj) es irreversible", según el comunicado.

El ente señaló que Armenia seguirá aplicando esfuerzos junto con los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE para avanzar en el proceso de la solución pacífica del conflicto.
Además, refutó las declaraciones de Bakú que había afirmado que los copresidentes del Grupo reconocen Karabaj como parte de Azerbaiyán.

"Las autoridades de Azerbaiyán finjen que no entienden a los líderes de los países copresidentes sobre el derecho de la autodeterminación del pueblo de Nagorno Karabaj a través de la manifestación de voluntad", concluyó.

El conflicto de Nagorno Karabaj que divide a Armenia y Azerbaiyán desde 1988 —cuando ese territorio de población armenia decidió independizarse del Azerbaiyán soviético— experimentó una escalada hace un año después de haber permanecido latente durante más de dos décadas.
Desde el 5 de abril de 2016 se mantiene en la zona un armisticio frágil aunque los bandos del conflicto se acusan regularmente de violarlo.

Bakú perdió el control sobre Karabaj y siete distritos adyacentes entre 1992 y 1994.

Para impulsar una solución negociada del conflicto se instituyó en 1994 el llamado Grupo de Minsk de la OSCE, copresidido por EEUU, Rusia y Francia.

Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.

El oficialismo armenio se impone en las elecciones legislativas


El gobernante Partido Republicano de Armenia (PRA) ganó este domingo las elecciones legislativas al obtener el 46% de los votos, a 21 puntos porcentuales del bloque Tsarukián, liderado por Gagik Tarukián, según el primer sondeo de boca de urna, publicado por los medios locales.

En tercer lugar se ubicó la coalición opositora Elk -Salida en español- con un 10% de los votos, mientras es muy posible que el resto de las fuerzas y alianzas queden fuera del próximo Parlamento ya que no consiguieron superar el umbral electoral.

Las autoridades electorales anunciaron que la participación fue de un poco más de la mitad del padrón nacional, al mismo tiempo que observadores locales denunciaron hasta 700 casos de irregularidades, que no habrían alterado el funcionamiento en general de los comicios.

Armenia celebró este domingo sus primeras elecciones legislativas desde la reforma constitucional de 2015 que convertirá al pequeño país del Cáucaso en una república parlamentaria cuando concluya el próximo año el mandato del actual presidente, Serge Sargsián.

En total, cinco partidos y cuatro coaliciones participaron en estas elecciones, que también marcaron la primera vez que se presentan candidatos por las minorías étnicas que viven en el país -rusos, kurdos, asirios y yezidis- y que la nueva Constitución Nacional garantiza cuatro bancas en el Congreso.

Según la nueva Carta Magna, cuando culmine el mandato de Sargsián, el presidente va a pasar a tener un rol mayormente protocolar y será la mayoría parlamentaria la que designe al primer ministro y defina la composición del gobierno.

Un refugiado sirio se quema a lo bonzo en la isla griega de Quíos


A principios de año fueron horribles las imágenes de la ola de frío polar que cubrió de nieve las tiendas de campaña de las personas refugiadas en Grecia. Estas temperaturas extremas pusieron de relieve las condiciones sumamente difíciles en las que viven estas personas y la falta de medios para ayudarles en situaciones de emergencia.

A ello le han seguido una serie de suicidios y casos de autolesión de personas refugiadas y solicitantes de asilo. La última, el intento de suicido de un refugiado sirio en la isla de Quíos. Esta persona se quemó a lo bonzo como forma de protesta por el retraso en el procesamiento de su demanda de asilo. Sufre quemaduras en el 90% de su cuerpo y ha sido trasladado a Atenas para recibir tratamiento médico.

En la isla de Quíos la situación es especialmente difícil. Hace un tiempo ultra derechistas atacaron a la población refugiada del campo de Souda e hirieron al menos a dos personas. Dos activistas que intentaron ayudar a personas refugiadas también sufrieron agresiones y tuvieron que ser hospitalizados.

Esta situación es una de las consecuencias directas del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, mediante el cual los líderes europeos han abandonado a las personas solicitantes de asilo en las islas griegas. Quieren enviarlas de regreso a Turquía, bajo la suposición errónea de que sus derechos serán respetados allí. Sin embargo, estos retornos no han ocurrido de la manera esperada, desencadenándose un desastre humanitario.

Musica Persa y Armenia

Turquía / Armenia: toda una vida escondidos |

Armenia elige al nuevo parlamento tras la reforma constitucional

Este 2 de abril se celebran las elecciones parlamentarias en Armenia. Más de 2,5 millones de ciudadanos eligen a los miembros de la Asamblea Nacional, la única cámara del Parlamento del país.



Según los cambios adoptados tras el referéndum celebrado en diciembre del 2015, el actual líder armenio será el último presidente elegido en una votación directa. Después de que su mandato expire en el 2018, el mandatario será designado por el Parlamento y tendrá solo una autoridad representativa.

Cinco partidos y cuatro bloques electorales aspiran a obtener escaños en el Parlamento, 1.461 candidatos están registrados para participar en los comicios.
El umbral electoral para los partidos es un 5% de los votos, mientras que los bloques necesitan al menos un 7% para asegurar la representación.
Entre los candidatos se encuentran el Partido Republicano liderado por el presidente Serzh Sargsián, el bloque Tsarukyán encabezado por el empresario Gagik Tsarukyán, y el bloque Kongress-ANK del primer presidente del país, Levón Ter-Petrosián.
Cerca de 2.000 colegios electorales han abierto sus puertas a los ciudadanos. Casi 30.000 supervisores locales e internacionales están observando los comicios.


El futuro de Turquía a referéndum


El próximo 16 de abril tendrá lugar un referéndum determinante para el futuro de Turquía. Este referéndum propone un cambio constitucional, pasando de un modelo de Estado parlamentarista a otro de carácter presidencialista, un proyecto hecho a la medida del actual presidente de Turquía Tayyip Erdogan.

Las principales características de este cambio serían la eliminación de la figura del primer ministro y la asunción del poder ejecutivo por parte del presidente. Esto hará que la figura del presidente sea aun más independiente del parlamento y sea capaz de poner a dedo a sus personas más cercanas en los puestos claves de la estructura del Estado. Un paso más en el proceso hacia un régimen personalista y autoritario. Empleando el referendum como medio para aprobar los deseos de poder y control de Erdogan, que busca legitimarse ante la opinión internacional.

La encrucijada Turca

El proyecto del referéndum no es un hecho puntual o casual que se le haya ocurrido a Erdogan, si no que es parte de un proceso que viene de lejos. Por un lado tenemos el conflicto político kurdo al que se enfrenta Turquía desde hace 40 años, una guerra abierta que hace unos años tuvo un proceso de paz que el propio Estado Turco rompió. El proceso de paz, sumado a la evolución estratégica del movimiento kurdo, hizo que el proyecto político kurdo pudiera avanzar y ganar poder e influencia, entrando el HDP (Partido Democrático de los Pueblos) con fuerza en el parlamento y ganando las alcaldías de mayoría kurda. El proceso de paz en vez de debilitar la alternativa kurda, como el Estado Turco pensaba, la reforzó. Por otro lado, tenemos el chantaje al que somete Turquía a la Unión Europea como frontera de refugiados/as venidos/as de los conflictos armados de oriente medio. Y para finalizar toda esta deriva autoritaria se acelera con el fallido golpe de Estado del 15 de julio de 2016, que ha permitido declarar el estado de excepción y llevar a cabo una represión política de enorme magnitud: 130000 empleados/as públicos despedidos/as, 5000 profesores/as fuera, 140 periodistas encarcelados/as o hasta 3000 cargos o miembros del HDP encarcelados, incluyendo miembros electos del parlamento y alcaldes/esas.

Hacia el Estado fascista

La continua represión contra las fuerzas democráticas y revolucionarias, expresadas a través de las fuerzas y coaliciones promovidas por el movimiento kurdo, que son quienes están promoviendo la opción del “no” en el referendum, hace presagiar un terrible desenlace salga lo que salga en el resultado final. Este intento de perpetuarse en el poder por parte de Erdogan puede ser el último intento de “rostro amable” ante la opinión pública internacional, que cada vez es más recelosa de la política interna turca y sus limitaciones a la libertad de expresión y prensa. Durante esta campaña, Erdogan ha tratado de agitar a las comunidades turcas en Europa a favor del “sí”, lo que ha provocado movimientos institucionales de los distintos Estados europeos para impedir mítines políticos con políticos turcos, lo que en Holanda desencadenó grandes y tensas manifestaciones de la comunidad turca a favor de Erdogan. Lo que Erdogan pretende con ello es mostrarse ante el pueblo como un defensor de Turquía y los/as turcos/as ante occidente, es decir, victimizarse para remover los sentimientos nacionalistas de gran parte de la población. Por ello, durante todo este proceso ha tejido una sólida alianza con el partido nacionalista-fascista MHP, un partido con representación parlamentaria que ampara a la organización fascista paramilitar “Lobos Grises”, responsables de asesinatos y todo tipo de ataques contra la comunidad kurda.

Gane el “sí” o el “no” las consecuencias pueden ser desastrosas. Existen dudas razonables en cuanto a la limpieza del referéndum. La guerrilla kurda hace llamamientos diciendo que están listos para defender las comunidades kurdas del ejército turco. Los ayuntamientos ganados electoralmente por las candidaturas kurdas siguen con los alcaldes depuestos y miembros del Estado puestos a dedo. Puede que este último gran intento de Erdogan y su camarilla de perpetuarse en el poder removiendo los sentimientos más nacionalistas y antikurdos sea el punto de inicio de una nueva escalada de violencia donde los intereses de ultranacionalistas, fascistas, el movimiento revolucionario kurdo o los islamistas se entrecruzan para dar lugar a una nueva guerra. O, en el mejor de los casos, ganando el “no” y Erdogan aceptando la derrota, se acabe el estado de excepción y se promueva una amnistía política. Pero claro, ¿Un tirano como Erdogan renunciando al poder que cree que le pertenece?