En declaraciones a la agencia italiana SIR este 26 de enero, el sacerdote comentó que "no se tienen noticias acerca de un eventual proceso al homicida de Mons. Padovese. Tal vez las investigaciones están avanzando pero no sabemos nada. Murat Altun (el asesino y chofer de Mons. Padovese) ha sido enviado a Estambul para una contrapericia médica y aún esperamos saber".
Es necesario en este caso, dijo, "un proceso justo que establezca la verdad de los hechos y sobre todo que esto suceda lejos de los reflectores".
El P. Bertogli comentó además que los cristianos en Turquía se unieron el pasado 23 de enero para celebrar la conversión de San Pablo y en ocasión de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
"Son estos momentos privilegiados en los que nuestras iglesias con los poquísimos fieles que tienen pueden estar juntos y recuperar la confianza y la esperanza para el futuro".
Seguidamente dijo que "somos una minoría exigua que con frecuencia tiene la sensación de estar sola y abandonada. Esperamos con ansias al Obispo que deberá asumir el puesto de Mons. Padovese".
El sacerdote explicó que en febrero se reinician las peregrinaciones a Tarso y Antioquía sobre las huellas de San Pablo y contó que "la próxima semana llega un grupo español con su obispo. Su presencia nos hace sentir parte de la Iglesia universal".
Mons. Luigi Padovese
Mons. Padovese, de 63 años de edad, fue apuñalado en su casa por Murat Altun, su chofer, en Iskerendum la mañana del 3 de junio de 2010. El Prelado se preparaba para viajar esa semana a Chipre en ocasión de la visita del Papa para entregar el Instrumento de Trabajo para el Sínodo de los Obispos de Medio Oriente que se realizó en octubre en el Vaticano.
Originario de Milán, había ingresado en la Orden de los Frailes Capuchinos. Fue ordenado sacerdote en 1973 y ordenado Obispo en 2004. Estaba muy comprometido con el ecumenismo, el diálogo con el Islam y en la reanimación de las distintas comunidades cristianas turcas.
En 2006 fue quien recibió al Santo Padre en su viaje a Turquía y presidió los funerales del sacerdote italiano Andrea Santoro, asesinado por odio a la fe.
