domingo, 6 de febrero de 2011

Armenio que recorre el mundo visita Chile y entrevista a residentes.

Ocho personas, 11 países, siete meses, 88 mil kilómetros y un velero, son algunos de los números que forman parte de la travesía que está realizando un grupo de armenios por el mundo y que tiene como paradero actual Chile ¿El objetivo?, contactar y entrevistar a las comunidades armenias establecidas en distintos lugares del planeta que escaparon de la represión turca durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), fenómeno conocido como la Diáspora Armenia.
Quien comanda la expedición es el médico y escritor de 76 años Sori Vayoland, quien ha publicado 80 libros sobre sus viajes por todo el mundo, realizados durante más de cuatro décadas, todos por vía marítima.
"Hay armenios por todas partes del mundo. Los visitamos, entrevistamos y filmamos, estamos en contacto con ellos, paseamos por todas partes buscándolos", contó el profesional.
Encuentro
A pesar que en el primer itinerario no estaba considerado Chile como destino, el grupo decidió visitar el país debido a la lejanía de los armenios-chilenos con las otras colonias. En Chile sólo hay 100 familias.
"En armenia no tienen idea de los armenios chilenos que están aquí, entonces yo voy a contar todo lo que he visto", explica Vayoland, quien agrega que llegar al país no fue nada de fácil.
"El viaje más difícil fue cuando nos vinimos a Chile, pasando por el Cabo de Hornos, porque tuvimos que ir contra la corriente del agua", recordó.
Como acto simbólico los viajeros al pasar por el extremo sur dejaron "una cruz de Armenia por toda la gente inocente que ha muerto", dijo el médico y escritor.
Para el presidente de la comunidad Armenia en Chile, Juan Pablo Couyoumdjian, este viaje "nos ha dado una gran satisfacción. Estamos felices, contentísimos de que haya ajustado su itinerario, nos enorgullece tremendamente. El viene con un mensaje que nos dice que no se han olvidado de nosotros, que a pesar de todo seguimos unidos".
El grupo actualmente está en Concón y hoy tomará rumbo hacia Nueva Zelandia, para continuar el trayecto por Australia, Indonesia, Singapur, India, y terminar en Valencia, España, donde comenzaron la travesía, financiada a través de donaciones de privados.