jueves, 13 de diciembre de 2012

Turquía: La presa política Pinar Selek debe ser definitivamente absuelta!


Muy interesante alegato en favor de una socióloga permanentemente perseguida por los turcos, acusándola de todo lo malo que allí ocurre,no tiene desperdicio.






Soy historiador francés, especialista en Turquía, y vine como observador de esta nueva audiencia del proceso a Pinar Selek para testimoniar mi preocupación y mi apoyo.

Yo vivía en Estambul en la época de la explosión accidental del Mercado egipcio, en julio de 1998. Cada uno lo sabe, era un período muy duro en la guerra con el sudeste, y la caza a los pretendidos "terroristas" era feroz. Ese fue un período que se parece de manera extraña al que vive Turquía hoy.

Pinar Selek se interesaba de cerca por sujetos políticamente sensibles: las diferentes formas de marginalidad en la sociedad, y los movimientos políticos kurdos. No se contentaba con observar a la distancia: siempre fue una socióloga implicada. En el curso del trabajo inmenso que realizó, cumplió sólo actos legales. Sin embargo, ha sido arrestada y torturada, luego inculpada de haber fomentado a este "atentado" del mercado egipcio.

Conozco pues el asunto desde el principio, la detención, luego la liberación de Pinar y su absolución.

Pero en 2006, he quedado estupefacto al saber que Pinar Selek siempre fue perseguida, a pesar de su absolución y los informes periciales que la declaraban inocente.

También, en febrero de 2011, vine aquí para testimoniarle mi apoyo. Me asocié a la alegría de sus amigos, cuando ha sido absuelta por tercera vez. Todo me parecía más bello, más brillante, en este país que me gusta. Esta absolución me hacía presagiar la continuación de la política de apertura, una flexibilización.

Luego, compartí la decepción y la amargura en el momento en que se inició una causa penal a la absolución, y cada vez que a Pinar Selek se le negó su derecho a la justicia.

Porque es justamente esto de lo que se trata: esta socióloga ha pagado tres veces, los jefes de inculpación no resistieron a los peritajes, no hay más cargos reales contra ella.

Sin embargo el juicio es trasladado sin cesar, y cuando una sentencia es pronunciada en su favor, es eliminada, quebrada.

Esta negativa de justicia está al principio de una pena extra legal: la extensión indefinida de la duración de un proceso; se trata de una verdadera tortura psicológica que impide a la acusada vivir una vida normal.

Según el Convenio europeo de los derechos humanos (arte. 6), que Turquía firmó, " Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída (...) En un plazo razonable ". ¿ Acaso la justicia turca considera "razonable" un plazo de catorce años para juzgar un crimen que no ha sido cometido?

Pinar Selek ya ha sido encarcelada durante dos años y medio, para nada. Sabe que si vuelve a Turquía, se arriesga de nuevo a la prisión. Pues es forzada al exilio, para poder vivir normalmente y continuar sus trabajos de investigación, porque es una trabajadora infatigable.

Es pues una pena esta relegación extrajudicial que ha sido infligida a Pinar Selek, como a otros numerosos ciudadanos turcos. Así por la amenaza simple, por la presión del sistema jurídico, Turquía puede desembarazarse de ciertos intelectuales a los que considera molestos.

No sólo es una violencia extralegal hecha a los opositores, sino que es una pérdida absurda para el país. Los intelectuales del temple de Pinar Selek son una riqueza, representan el futuro. Por cierto, esto fue un honor para nosotros, en Alemania, luego en Francia, de acogerla. Pero su país es Turquía, su ciudad es Estambul, su terreno de búsqueda está aquí. Afirmamos todos que Pinar Selek no está sola, y es gratificante saber que tiene muchos amigos y seguidores en muchos países.

¡Pero somos informados, leemos la prensa turca y observamos sus medios de comunicación, y sabemos que desgraciadamente Pinar Selek no es el único caso! Ya habían habido unos casos célebres de represión, como el de Ismail Besikçi. Pero el asunto Selek ha sido seguido por tantos otros, tocando millares de estudiantes, decenas de periodistas, intelectuales, traductores, profesores, escritores, y estamos todos muy preocupados.

Por cierto, Turquía tiene la apariencia de un Estado de derecho; pero el derecho es construido para ejercer la limitación, la justicia se ha transformado en un instrumento de represión: alcanza un grado de estado de excepción, de régimen autoritario y coercitivo, que procura intimidar a su población e imponer el silencio.

Ya mencioné la negativa de justicia, la prolongación indefinida de ciertos procesos judiciales; debo mencionar también la anulación del derecho, que hace que los jueces puedan considerar que un ensayo de ciertos actos legales puede traducirse en un "signo de pertenencia a una organización terrorista" y justificar con sus ojos cerrados el encarcelamiento y una condena pesada.

Lo observamos en varios ejemplos el último verano. Los franceses, en particular, lo saben bien desde que uno de sus compatriotas, Sevil Sevimli, ha sido detenido. Estamos preocupados por Turquía y su futuro político, pero estamos preocupados también por Europa.

Porque todo esto no concierne solo a Turquía. Turquía es candidata a la integración en la Unión Europea y todo lo que pasa aquí es observado por los ciudadanos europeos.

Turquía, Estado coercitivo, ya dispone por medios diversos de incentivos de intervención en los países de Europa.

Pero si Turquía se hace un Estado miembro, dispondrá entonces del recurso de una "orden de detención europea" que le permitiría hacer detener a una persona proseguida en cualquier país de la Unión, y que sea entregada a la policía turca.

Además, Turquía representa un "modelo" singular de país dónde el extremo-derecha y el ultranacionalismo son poderosos y ejercen su influencia sobre el Estado desde hace décadas. Es un "modelo" que podría ser copiado. En Francia, cuando la derecha está en el poder, vemos surgir en las prácticas políticas de los elementos que prevalecen en Turquía, y esto nos da miedo.

Es por eso que, como francés, como europeos, tenemos el deber de interesarnos por Turquía, por este "modelo" extremista liberal y represivo, y de analizarlo. Les deseo a mis amigos turcos la felicidad de poder vivir en un país democrático y liberado de una guerra que dura ya casi treinta años - y aprendimos en Francia hasta qué punto este género de conflicto puede poner en peligro la democracia.

¡ PINAR SELEK DEBE SER DEFINIVAMENTE ABSUELTA!

¡Ni Pinar Selek, ni los millares de personas encarceladas o en espera de un juicio están solos!

¡Nos informaremos, observaremos, difundiremos las informaciones, hasta que la democracia retorne a Turquía!

Etienne Copeaux el 17 de noviembre de 2012