miércoles, 15 de octubre de 2014

Erdogan comienza a inclinarse a favor del Estado Islamico.




La lucha internacional contra el Estado Islámico (EI) se vio dificultada por un nuevo enfrentamiento entre Turquía y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK): por primera vez en más de un año y medio, Ankara bombardeó posiciones de la prohibida agrupación en el sureste del país. Acto seguido, el partido kurdo acusó al Ejército turco de violar el alto el fuego vigente entre ambos desde marzo de 2013.

Las tensiones se agudizaron por los combates en torno a la ciudad sirio-kurda de Kobane, cerca de la frontera con Turquía. El PKK acusa a Ankara de no intervenir para evitar que los yihadistas sunitas tomen la ciudad y perpetren una inminente masacre contra los kurdos. Turquía se niega también a apoyar militarmente a los kurdos que combaten contra el EI o a establecer un corredor por el que puedan llegar desde otras regiones combatientes kurdos a Kobane. Todo ello por la estrecha vinculación del PKK con las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas que luchan en Siria.

El ala armada del PKK informó de que dos posiciones de la milicia kurda fueron bombardeadas por Turquía el lunes en Daglica, en la provincia de Hakkari, cerca de la frontera con Iraq, donde se enfrentaron soldados turcos y combatientes del PKK. Se trata del primer ataque contra el PKK desde que la organización declarara un alto el fuego en marzo del año pasado. La agencia Firat, cercana al PKK, informó que primero el Ejército atacó posiciones del PKK con morteros y obuses, a lo que siguieron combates que duraron tres horas. Después el Ejército atacó con aviones de combate desde el aire.

Sin embargo medios turcos como el diario "Hürriyet" señalaron que el Ejército bombardeó posiciones del PKK con aviones F16 y F4 después de que los rebeldes kurdos atacaran una comisaría en Daglica. El PKK sufrió "graves pérdidas", según la fuente. Los supervivientes huyeron. El Ejército no confirmó por el momento los ataques y se limitó a decir que "terroristas" atacaron a las fuerzas de seguridad entre otros lugares en Hakkari. El PKK es considerado organización terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea. El líder del PKK, Abdulá Öcalan, advirtió de un fin del proceso de paz si el EI perpetra una masacre en Kobane. Según medios locales, Öcalan había dado a Ankara de plazo hasta mañana miércoles para salvar el proceso de paz.

La ONU demanda también que permita la entrada de combatientes kurdos contra EI

La ONU pidió públicamente a Turquía el pasado día 10 que permita la entrada de combatientes kurdos y de su armamento en Siria para que defiendan la ciudad de Kobane, a punto de caer en poder de EI. "Queremos pedir a las autoridades turcas que permitan la entrada de voluntarios y de sus equipamientos a la ciudad para que contribuyan a la operación de defensa propia", dijo en Ginebra el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura. En la imagen de esta entrada, Turquía disuelve con blindados una manifestación kurda para exigir que el gobierno turco haga más para ayudar a Kobane.

En momentos en que el control del único punto que queda para la entrada y salida de la ciudad constituye el último obstáculo para que el Estado Islámico se apodere de Kobani, De Mistura instó a Turquía a "apoyar las acciones disuasorias de la coalición a través de cualquier medio desde su propio territorio". "Si no actuamos ahora, todos, incluyendo Turquía, lamentaremos mucho haber perdido la oportunidad de detener al Estado Islámico y enviar una señal de que esto no puede continuar", declaró en una rueda de prensa.

El enviado especial sostuvo que la inminente caída de Kobane, un enclave kurdo en Siria a menos de un kilómetro de la frontera con Turquía, puede ser la antesala de la masacre de miles de civiles y significaría poner 400 kilómetros de la frontera turca bajo el control del sanguinario grupo. Entre 500 y 700 personas que permanecen en Kobane, la mayoría de ellos civiles y ancianos, además de otros 12.000 que abandonaron la ciudad con dirección a Turquía, pero que todavía se encuentran en territorio sirio, pueden ser masacrados por los insurgentes, aseguró De Mistura. La caída de ese centro urbano pondría también poner al alcance del EI "otros centros poblados (localizados en ese cinturón fronterizo) y hasta Alepo (la segunda ciudad más importante de Siria)", alertó.

Una coalición de países, liderados por Estados Unidos, lleva semanas bombardeando la posiciones del Estado Islámico, con una veintena de puntos alcanzados hasta ahora, con el objetivo de detener los constantes y bien organizados ataques de los yihadistas. "Sin embargo, como ellos mismos (la coalición) lo han admitido, esto quizás no sea suficiente para salvar la ciudad", enfatizó De Mistura.