viernes, 14 de agosto de 2015

EL FIN DEL IMPERIO OTOMANO Y EL CAÓTICO NACIMIENTO DE TURQUÍA


La figura de Mustafá Kemal (“el perfecto”) Atatürk (“padre de los turcos”) es controvertida. Nacido en 1881 en Salónica, en 1905 se graduó como oficial de infantería en la Academia Militar de Estambul. Sus inquietudes políticas le llevaron a fundar en 1906 la sociedad secreta “Patria y libertad”, cuyo principal objetivo era la transformación de un Imperio Otomano en declive, por su extensión excesiva y su carácter multinacional, en un moderno Estado basado en el nacionalismo turco.

Otra agrupación con objetivos similares era el “Comité de la Unión y el Progreso” (CUP), movimiento conocido como los “Jóvenes Turcos”, en el que Mustafá Kemal también desempeñó un papel clave. En 1909 los Jóvenes Turcos forzaron la abdicación del Sultán Abdul Hamid II a favor de su hermano Mehmed V, convertido en un títere en manos de los líderes del CUP: Mehmet Talat, Ministro del Interior y Gran Visir, Ismail Enver, Ministro de la Guerra, y Ahmed Cemal, Ministro de Marina.

Ese triunvirato, conocido como “los tres Pachás” (Comandantes), gobernó autoritariamente el Imperio a partir de 1913, lo llevó a la I Guerra Mundial como aliado de los Imperios Centrales, y jugó un papel fundamental en la masacre armenia. Pero regresando a Atatürk, al comienzo de la Guerra le fue asignado el mando de la 19 División, al frente de la cual defendió con éxito la península de Gallipoli del desembarco aliado de febrero de 1915. De allí Mustafá Kemal salió con el título de Pachá y aclamado como un héroe nacional.

Tras la capitulación otomana en octubre de 1918, las potencias vencedoras se lanzaron sobre los restos del Imperio, estableciendo diversas zonas de ocupación por el Tratado de Sèvres de 10 de agosto de 19205. Este acuerdo preveía un Imperio Otomano limitado a Estambul y la zona de Anatolia en torno a Ankara, mientras que gran parte del nordeste de la Actual Turquía se asignaba a la República Democrática de Armenia, y se contemplaba la formación de un Estado kurdo al sureste.

Este Tratado fue rechazado por los nacionalistas liderados por Mustafá Kemal, que en julio de 1919 habían convocado el primer Congreso Nacional Turco en Erzurum, convertido en la Gran Asamblea Nacional Turca de Ankara en abril de 1920. En la actual capital turca se formó un gobierno alternativo al del nuevo Sultán Mehmed VI en Constantinopla, que derrotó a las potencias ocupantes en la llamada Guerra de Independencia y proclamó la República de Turquía el 29 de octubre de 1923.

Repasando la evolución de la guerra por zonas, en el sur se produjeron enfrentamientos con los franceses en torno a Gaziantep, hasta que Francia e Italia abandonaron las regiones sureñas en octubre de 1921, legitimando de facto a la Gran Asamblea Nacional. Por lo que respecta a Grecia, la Megali Idea llevó a Atenas a entrar en la I Guerra Mundial a favor de la Entente, con la intención de recuperar todos los territorios que habían pertenecido al Imperio Bizantino hasta su caída en 1453.
En consecuencia, en mayo de 1919 los griegos ocuparon la región de Esmirna (Izmir) y, aprovechando las disputas entre los gobiernos de Constantinopla y Ankara, en verano de 1920 lanzaron una ofensiva para ocupar la Turquía europea y conquistar el centro de Anatolia.

En mayo de 1921 los aliados declararon su neutralidad en el conflicto, dejando a Grecia sola frente a las reorganizadas fuerzas de Mustafá Kemal.
Las batallas de Sakarya (agosto-septiembre de 1921) supusieron el esfuerzo postrer de Grecia por avanzar hacia Ankara. Tras fracasar las negociaciones para un repliegue pacífico, el 26 de agosto de 1922 los turcos pasaron a la ofensiva en la zona de Afyon, provocando el inmediato derrumbe de todo el frente griego que se extendía unos 500 km., hasta reconquistar Izmir el 9 de septiembre.

Las consecuencias humanitarias fueron muy graves: en la ocupación inicial de Esmirna los griegos cometieron toda clase de tropelías contra la población turca, y en la retirada final siguieron una política de tierra quemada destruyendo todo a su paso; por su parte, tras la caída de Izmir los turcos masacraron a la población griega y a los armenios que se habían refugiado en la zona durante la I Guerra Mundial, en un episodio conocido en Grecia como “Catástrofe de Asia Menor”.

En octubre de 1922 comenzaron las negociaciones de paz, que culminaron el 24 de julio de 1923 con la firma del Tratado de Lausana, por la que se establecieron las fronteras actuales entre Bulgaria, Grecia y Turquía. Además, se inició un proceso de intercambio de población por el que unos 1,6 millones de griegos abandonaron Turquía y unos 600.000 turcos abandonaron Grecia. Lausana anuló el Tratado de Sèvres, por lo que el previsto Estado kurdo no llegó a existir, dando lugar a un conflicto en el sureste de Anatolia que continúa en nuestros días.

En la nueva República de Turquía, Atatürk dispuso el reemplazo del alfabeto árabe por el latino, cerró las escuelas coránicas, introdujo un nuevo código civil inspirado en el suizo, instauró el código del vestido prohibiendo el uso del tradicional fez, exhortó a que la población turca adoptara apellidos frente a la tradición árabe, los imanes pasaron a ser designados por el gobierno, introdujo reformas en las leyes de género concediendo el voto a la mujer, proclamó el domingo como día de descanso, y sustituyó el calendario musulmán por el calendario gregoriano.

Esas fueron muestras, para algunos, del surgimiento de un Estado secular y democrático bajo la égida de Mustafá Kemal. Sin embargo, sus críticos recuerdan que también se instauró un sistema de partido único (el “Popular Republicano”), que el Estado era omnipresente en todos los ámbitos, que el nacionalismo turco impregnó la legislación para tamizar las diferencias étnicas, y que se instauró un asfixiante culto a la personalidad de Atatürk aún presente en la Turquía actual.