jueves, 24 de febrero de 2011

Turquía: Censura y represión.


Bajo el delito de “agraviar a la identidad nacional turca, a la República y a los fundamentos e instituciones del Estado”, decenas de activistas en derechos humanos, escritores y periodistas de este país han terminado en la cárcel. El delito fue tipificado en el artículo 301 del Código Penal de Turquía y entró en vigor el año pasado en el mes de junio. Con base en él se puede demandar penalmente a los ciudadanos turcos que hagan declaraciones públicas, o escriban textos periodísticos o académicos sobre las masacres de armenios y de kurdos, la situación actual de las minorías, la invasión a Chipre o la violación de los derechos humanos en este país, por poner unos ejemplos. Dicho artículo del Código Penal turco y su aplicación se han convertido en un problema internacional debido a que, tanto algunos países europeos –Austria, y en menor medida Alemania y Francia-- como sectores conservadores anti occidentales turcos, lo utilizan como pretexto para impedir la entrada de Turquía a la Unión Europea (UE). En su informe EUR 44/035/2005, la organización Amnistía Internacional se opuso reiteradamente al uso de la ley turca para ejercer censura; y documentó varios casos de periodistas, escritores y editores que han sido llevados a juicio. Uno de esos casos es el de Orhan Pamuk, el novelista más famoso de Turquía, cuyas obras han sido traducidas a decenas de idiomas (en castellano se pueden leer Nieve y Me llamo Rojo) y a quien se contempla como candidato al Premio Nobel de Literatura. En octubre pasado, durante la Feria del Libro de Frankfurt —la más importante de Europa--, Pamuk recibió el “Premio de la Paz” de los Libreros Alemanes. El 5 de febrero de 2005 Pamuk declaró al periódico suizo Tages Anzeiger que 30 mil kurdos y un millón de armenios fueron asesinados por los turcos. “Casi nadie se atreve a mencionarlo, así que yo lo hago. Y es por eso que me odian (las autoridades turcas)”, declaró. Por esas declaraciones Pamuk se encuentra bajo proceso penal. El pasado 16 de diciembre, el escritor se presentó ante el Tribunal de Primera Instancia en Estambul. En la sala había docenas de periodistas turcos que lo abuchearon, insultaron y gritaron “¡traidor!” Pamuk puede ser condenado a tres años de cárcel. La UE reaccionó. En un comunicado oficial firmado por el comisario de Ampliación, Olli Rehn, advirtió: "No es Orhan Pamuk el que será sometido a juicio mañana, sino Turquía. Perseguir a una persona que expresa una opinión no violenta, ensombrece las negociaciones de entrada de Turquía a la Unión Europea.” Por su parte, el fiscal turco Kemal Kerinsciz afirmó: “El pueblo turco no tolera insultos contra el Estado y por tanto me apoya.” El juicio debía continuar en la última semana del 2005, pero coincidía con una reunión de representantes de la UE en Bruselas. El fiscal Kerinsciz decidió posponer el proceso contra Pamuk para el próximo 7 de febrero. Escritores de todo el mundo –entre los que se encuentran el mexicano Carlos Fuentes y el portugués José Saramago-- enviaron una carta en apoyo del novelista turco. Los reclamos europeos dividieron a la clase política otomana. Los conservadores, los ultranacionalistas y la Asociación de Juristas Unidos quieren continuar con los juicios y extenderlos a periodistas extranjeros. Los liberales, en cambio, ven el peligro de quedarse fuera de la UE por no cumplir con los compromisos firmados sobre libertad de prensa y derechos humanos. Mientras éstos piden dejar las cosas por la paz y olvidarse del asunto, los primeros alargan la lista negra. La moneda está en el aire. “Turquificación” Otro de los intelectuales que enfrenta un juicio es Hrant Dink, periodista y jefe de redacción del semanario en lengua armenia Agos, que se publica en Estambul. El fiscal pide seis años de cárcel contra Dink por haber escrito un artículo sobre la masacre de armenios y el éxodo al que fueron obligados. Dink es armenio y declaró al diario catalán La Vanguardia: "Vengo de un pueblo milenario que en 1915 fue arrancado de sus tierras. Llevábamos ahí más de 3 mil años. La mayoría murió, otros se exiliaron y están dispersos por el mundo. Los que se quedaron, perdieron sus bienes. ¿Cómo llamaría usted a eso?" Este conflicto data de principios del siglo XX, pero los ánimos siguen muy calientes. Entre 1915 y 1917, el gobierno otomano entró en guerra con Rusia. En medio de ambos contrincantes estaba el pueblo armenio. Los turco-otomanos acusaron a los armenios de ser aliados de Rusia y, en una “guerra preventiva”, los deportaron a Siria. Según el historiador Hamit Bozarslan así empezó un extermino planificado. Las aldeas armenias fueron quemadas y los turcos otomanos, según los armenios, violaron y se casaron con las mujeres armenias para “turquificarlas”. Los armenios son cristianos ortodoxos. Se calcula que apenas quedan 60 mil armenios en Turquía. Amnistía Internacional está pendiente del veredicto de Dink. Advirtió que, en caso de que sea encarcelado, se le considerará preso de conciencia. Otro de los enjuiciados es Sehmus Ulek, vicepresidente de la ONG turca Mazlum Der, dedicada a la defensa de los derechos humanos. Ulek fue procesado debido a un discurso que pronunció el 14 de diciembre de 2002 durante una conferencia organizada por la sección de Urfa de dicha ONG. El tema central de la conferencia: "Seguridad global, terror y derechos humanos, pluralidad cultural, minorías y derechos humanos". En su intervención, Ulek se refirió al proyecto que consolidó como nación a Turquía y cómo éste había afectado, en particular, a la región sudeste del país. Tratar el tema le costó que le aplicarán el artículo 301 del Código Penal. Su juicio continuará el próximo 9 de febrero. Pero la lista de enjuiciados es larga. Algunos ejemplos: En Mayo del 2005 el editor Ragip Zarakolu enfrentó cargos por haber publicado una traducción al turco de los libros de Dora Sakayan, Esmirna 1922: entre el fuego, el sable y el agua y El diario del Dr. Hatcherian. Para las autoridades turcas, ambas obras constituyen un "agravio a la identidad nacional turca y a las fuerzas de seguridad". Ya en marzo del 2005 Zarakolu había sido acusado de "insultar la memoria de Kamel Ataturk (padre de la patria turca)", en aplicación de la Ley 5816, por publicar una traducción al turco de La verdad nos hará libres: armenios y turcos reconciliados, escrito por George Jerjian. Fatih Tas, estudiante de Ciencias de la Comunicación y Periodismo en la Universidad de Estambul, y propietario de la editorial Aram, también enfrenta cargos por publicar una traducción al turco del libro del especialista estadunidense John Tirman titulado El botín de guerra: el costo humano del comercio de armas estadunidense, el cual incluye un mapa que representa como tradicionalmente kurda a una amplia zona de Turquía, y afirma que las fuerzas armadas turcas cometieron una serie de violaciones de derechos humanos en el sudeste del país durante las décadas de 1980 y 1990. Tas –de 26 años de edad-- argumentó en su defensa que el libro no contiene nada que no se haya discutido públicamente en el Parlamento o en la prensa turcas. El fiscal exigió que cada "insulto" presuntamente proferido en el libro fuera procesado como un cargo por separado. Pidió para Tas una condena de 10 años y medio de cárcel. Tas también enfrenta cargos por haber violado los artículos 1/1 y 2 de la Ley 5816, que prohíben que se insulte públicamente la memoria de Ataturk, el padre de la Patria. Murat Pabuc es un teniente retirado en el ejército turco. Cuando aún estaba en activo, fue testigo de la corrupción que las autoridades cometieron con la ayuda a los damnificados del terremoto en 1999. Pabuc se fue desilusionando del ejército. Sufrió una aguda depresión. Después de recibir tratamiento psicológico se animó a escribir un libro basado en sus experiencias en la vida castrense: Abandono del deber del banco pintado. En dicho libro se refiere a un soldado que obedece órdenes ciegamente. El autor fue llevado ante un tribunal por "agravio público a las Fuerzas Armadas" Birol Duru es periodista. El 17 de noviembre de 2005 fue acusado de "agravio a las fuerzas de seguridad" por publicar en la agencia de noticias Dicle un comunicado de prensa de la Asociación de Derechos Humanos en el que afirmaba que las fuerzas de seguridad estaban quemando bosques en las regiones de Bingol y Tunceli. El presidente de la sección de Bingol de la Asociación de Derechos Humanos, Ridvan Kizgin, también fue llevado a juicio por aquel comunicado de prensa. Este luchador por los derechos humanos tiene 47 demandas en su contra. Amnistía Internacional lanzó una campaña en su apoyo Murat Vural no es ningún escritor o activista, sino un desempleado pobre y enojado que en varias ocasiones lanzó pintura hacia una estatua del Kemal Ataturk, fundador de la República turca. Vural fue detenido, y acusado de agresión y profanación de símbolos turcos. Una corte de Ankara lo juzgó y lo condenó a cuatro años de prisión por cada baño de pintura a la estatua del padre de la patria, lo que hace un total de 20 años de castigo por el delito imputado.