Llevo varias semanas leyendo sobre Transcaucasia, sobre Georgia y Armenia en particular. Quizá una de las sensaciones que siempre me han gustado de leer es percibir el efecto multiplicador que ejerce lo que uno aprende con lo que ya sabía. Hoy escribiré un poco sobre los apellidos armenios. Esto me lleva de modo inevitable a los nombres de los ajedrecistas que ya conocíamos desde los tiempos de la URSS, como el campeón del mundo Petrosián, Smbat Lputián, Rafael Vaganián, el último campeón soviético Minasián e incluso Kaspárov con el que haremos un inciso.
Lo más obvio es que existe un sufijo -յան que puede transliterarse como -ian o -yan en el que acaban casi todos los apellidos. Es un típico genitivo. No es meramente patronímico del modo en que -ez funciona como “hijo de” en español, sino que a veces denota origen geográfico (“Yerevanián”, de Ereván) o profesión (Vartabetián o Vardapetián, sacerdote). Los apellidos son agudos así que lo normal sería que en español aparecieran con tilde en la a de la última sílaba, con la clásica tolerancia de cortesía hacia los nombres forasteros. Suele verse en el caso del tenista argentino Nabaldián, aunque creo que los ajedrecistas españoles hemos pronunciado siempre llanamente los apellidos de los armenios, en especial el de Petrosián. Petrosián significa “hijo de Pedro” y por consiguiente es el equivalente de un popular apellido español: Pérez.
Me ha venido a la mente un párrafo del libro Ajedrez en la cumbre donde aparece la anécdota de que Petrosián fue a la Argentina, donde se encontró con la numerosa comunidad armenia que le preguntó por la situación de su lengua nacional en la República Socialista Armenia. Estaban preocupados ya que había oído que estaba prohibido publicar tratados. Petrosián les tranquilizo diciendo que en la lengua armenia no solamente se publicaban libros, sino también las leyes.
La razón por la que unos apellidos acaban en -ian y otros en -yan (o -ián/-yán en nuestro caso), tiene que ver en parte con la división dialectal entre la lengua armenia oriental (la que se habla en la actual República de Armenia) y la lengua armenia occidental (la que se hablaba en los territorios en que la población fue diezmada durante el Genocidio, y que hablan la mayor parte de los armenios de la diáspora). Normalmente, los apellidos en -ian están escritos en armenio occidental y los acabados en -yan en armenio oriental, aunque no siempre es así.
La distinción entre ambos dialectos es bastante brusca y se da también un fenómeno similar a aquel por el que las consonantes oclusivas sordas del latín pasan a ser sonoras en castellano (y que se suele recodar con la regla mnemotécnica petaca-bodega, ya que p,t,c -> b,d,g). En armenio es algo más complejo, ya que en el dialecto oriental además de las categorías sorda y sonora hay una tercera intermedia, mientras que en armenio occidental sólo hay sordas y sonoras. El resultado es que algunos apellidos pueden encontrarse en dos o más formas y puede haber combinaciones que impliquen varios cambios: Akopian-Akobyan-Hagopian-Hakobyan (hijo de Jacob)
Kaspárov es hijo de judío y armenia, criado en Bakú, capital de Azerbaiyán y hoy día de nacionalidad rusa. El apellido de su padre, que murió cuando él era pequeño era Weinstein (piedra de vino en alemán y yidis, que en español conocemos como bitartato de potasio). Su madre era armenia. En algunos sitios aparece como azerí (grupo étnico al que nunca ha pertenecido) y en otros como azerbaiyano, lo cual sería válido en el sentido de ciudadano soviético de la R.S.S. de Azerbaiyán, cosa que fue, pero sólo hasta 1990. Sus antepasados armenios se apellidaban Kasparián o Gasparián (hijo de Gaspar), pero la rusificación de los apellidos era un fenómeno común en tiempos soviéticos, por lo que no era nada extraño cambiar el -ian por -ov. Otro ejemplo podría ser el compositor Alexander Spendiaryán, también conocido como Spendiárov.
Los aficionados al ajedrez que sean menos competitivos y más apreciadores de la belleza tendrán en su memoria el nombre de Guenrij (Enrique) Kasparián (o Kasparyán), famoso por sus composiciones y estudios artísticos. Últimamente he descubierto la obra de Yiván Gasparyán, considerado el mejor intérprete de duduk y por cerrar el círculo diremos que es difícil imaginar que ambos comparten apellido con Kaspárov.
Además del noveno campeón del mundo hay otro gran maestro de ajedrez que se llama Tigrán Petrosián (y también un futbolista lleva el mismo nombre), no es extraño si se considera que Petrosian es como Pérez (o Peterson para los anglosajones y nórdicos). También llevan un nombre eufónico que suena como el del fiero tigre y es el del rey Tigranes el Grande, que hizo grande a Armenia en el siglo I anterior a nuestra era.
Por seguir con ajedrecistas, que es lo que conozco, el mejor jugador armenio de hoy en día es Levón Aronián, que ocupa el tercer lugar en el escalafón mundial. No he encontrado referencias, pero entiendo que su apellido significa hijo de Aaron. Algunos apellidos son bastante obvios (Simonyán, Stepanián, Nazarián, Movsesián, Grigorián, Gabrelián, Abrahamián -> Simón, Esteban, Nazario, Moisés, Gregorio, Gabriel, Abraham); otros me resultan más dificiles: por ejemplo, he comprobado que mi intuición acertaba y que el apellido Sargisián en sus múltiples formas (Sargyán, Sargsián, Sargssián, Sarkisyán, Sarkisián, Sarkissián) significa hijo de Sergio. Es un apellido muy común, lo llevan 5 de los 12 primeros ministros de Armenia que ha habido desde la independencia.
Otros que también están basados en nombres de pila no tienen en cambio traducción que yo conozca a las lenguas occidentales. En los casos en los que el genitivo es gentilicio también puede ser muy evidente (Istamboulián -> Estambul) aunque hace falta algo más de conocimiento en geografía armenia para acertar con poblaciones menores.
Tengo a alguien que no juega al ajedrez. Existe una Kim Kardashián, que no sé exactamente a qué se dedica, pero sus antepasados eran escultores. La raíz kar- (piedra) que se encuentra en la palabra jachkar (cruz en piedra), también lo hace en este apellido. Hay muchos que son profesiones. En especial la raíz Ter- o Der-, implica que un antepasado era sacerdote, un ejemplo podría ser Levón Ter-Petrossián, presidente de Armenia entre 1991 y 1998. Por otra parte, los apellidos de algunas familias nobles terminan con el sufijo -runi (e.g. Artsruni).