Por ello, este ministerio mantendrá este sábafo una importante reunión en la que decidirá la estrategia a seguir como represalia por los últimos pasos dados por el gobierno turco, que han incluido la expulsión del alto personal diplomático de la embajada israelí en Ankara y el futuro envío de barcos de guerra al Mediterráneo Oriental.
Las medidas propuestas son bastante contundentes, según ha informado la prensa israelí. La primera medida, de acuerdo con este periódico, será pedir a todos ciudadanos israelíes, especialmente los veteranos del ejército, que se abstengan de viajar a Turquía, e incluso de tomar conexiones de vuelos allí.
Más polémica es la idea de explotar la situación de las minorías en Turquía y cooperar con sus enemigos tradicionales, especialmente Armenia. Está previsto que Lieberman pida al Congreso estadounidense la adopción de sanciones contra Turquía durante el viaje oficial que realizará este mes. El ministro se reunirá con representantes del lobby armenio, y podría solicitar la aprobación de una ley que reconocida las matanzas de los armenios a manos del ejército otomano en 1915 como genocidio.
Además, Israel apoyará a Armenia en su reclamación territorial sobre el control del Monte Ararat, el símbolo del estado armenio, que puede verse a simple vista desde Ereván, pero que es parte de Turquía desde el Tratado de Kars de 1921. Dado que dicho tratado fue firmado con la Unión Soviética y no con una Armenia independiente, los ultranacionalistas armenios nunca han dejado de exigir su “restitución”.
Entrenamiento de la guerrila kurda
Pero Lieberman podría llegar aún más lejos: de acuerdo con “Yedioth Ahronoth”, el gabinete pretende comenzar a cooperar con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda que lleva combatiendo al estado turco desde 1984. Su oficina planea organizar reuniones con los líderes del PKK en Europa para “cooperar con ellos y asistirles en toda área posible”, lo que podría incluir entrenamiento militar y suministro de armamento, según el diario israelí. El PKK está considerado un grupo terrorista por Turquía, la Unión Europea y los EE.UU.
Aunque esta serie de medidas no han sido confirmadas oficialmente, su anuncio ha sido considerado lo suficientemente sólido como para que el gabinete del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, haya emitido una nota distanciándose del asunto. “Nuestra política es y seguirá siendo el prevenir una ruptura total de las relaciones con Turquía y relajar la tensión entre los dos países. El primer ministro y el gobierno han discutido diferentes opciones teóricas en cas de una escalada. Pero solo se tomará una decisión en caso necesario”, se lee en el comunicado. “Israel ha actuado y está actuando de forma responsable, y espera que Turquía haga lo mismo”, concluye.
Algunas fuentes del Ministerio de Exteriores han negado que se estén discutiendo estas medidas. El diario israelí "Haaretz" cita a un alto funcionario diplomático que asegura que “ha habido varias ideas, pero la principal recomendación del Ministerio a Lieberman es que tome medidas para prevenir una futura escalada del enfrentamiento con Turquía”.
“La República de Turquía no lucha solo contra el terror separatista étnico y los terroristas en las montañas. Ahora sabemos quién estaba y quién estará detrás de los terroristas, viendo las declaraciones de ciertos estadistas extranjeros”, ha dicho el Portavoz del Parlamento turco, Cemil Çiçek. “Sabemos el rol de estas mentalidades irresponsables en el derramamiento de sangre de los mártires y las lágrimas de sus seres queridos”, ha declarado.