jueves, 16 de junio de 2016

“Pueden colgar nuestros cuerpos pero no nuestra filosofía”


El 15 de junio de 1915, en la plaza Sultan Bayazid de Estambul, eran ahorcados 20 revolucionarios, los máximos dirigentes del Partido Social Demócrata Hnchakian, partido que desde su fundación, a fines de la década de los 80 del siglo XIX, luchó por la libertad y el socialismo.

Ese día, en una plaza donde se mezclaban fanáticos fascistas con sed de sangre y desgarrados hombres y mujeres que iban a darle el últimos adiós a sus camaradas, aquellos inmortales 20 militantes populares no dudaron ni siquiera en ese momento sobre la razón de su lucha y de su vida.

“Nosotros, veinte, caminamos hacia la horca, pero detrás nuestro vendrán veinte mil”, aseguró Bedrós Torossian, mientras esperaba.

Mateós Sarkisian, conocido bajo el pseudónimo Paramaz, nació en 1863 en Meghri, Armenia. Fue activista político, escritor y defensor de los derechos del pueblo armenio. Capturado por el gobierno turco junto a otros activistas y tras pasar dos años en prisión, fue condenado a muerte y ejecutado ese 15 de junio de 1915.

Antes de ser colgado, Paramaz declaró a sus ejecutores: “Pueden colgar nuestros cuerpos pero no nuestra filosofía”.

En Montevideo y en el marco del 101 aniversario del Genocidio Armenio fue inaugurada una plaza ubicada en Bv. Artigas y Jorge Canning, frente al Obelisco a los Constituyentes de 1830 con el nombre de Mateós Sarkisian “Paramaz” .

Participaron de la inauguración el intendente interino Óscar Curutchet, la ministra de Turismo Liliam Kechichián, la subsecretaria del Ministerio de Desarrollo Social Ana Olivera, el alcalde del municipio CH Andrés Abt, y representantes de la comunidad armenia en Uruguay.

El intendente interino, Óscar Curutchet, destacó la concreción de este espacio como un tributo a los valores de la libertad, convivencia y democracia por los que luchó el pueblo armenio.

“Este es un acto de reconocimiento a la lucha de los pueblos oprimidos. Paramaz fue un mentor de expresión revolucionaria y de demostración de lucha. En este espacio emblemático de la ciudad, que representa a montevideanas y montevideanos, mantenemos su memoria”, subrayó Curutchet.

En representación de la colectividad armenia en Uruguay, hicieron uso de la palabra Hakob Kellendjian, Arzobispo de la Iglesia Armenia en Uruguay; Samo Sarkisian, miembro de la Comisión Central del Partido Social Demócrata Hnchakian; y Jorge Kinosian, presidente del Casa Armenia Hnchakian.

Los representantes recordaron que Uruguay fue el primer país en reconocer el genocidio del pueblo armenio.