domingo, 2 de abril de 2017

Un refugiado sirio se quema a lo bonzo en la isla griega de Quíos


A principios de año fueron horribles las imágenes de la ola de frío polar que cubrió de nieve las tiendas de campaña de las personas refugiadas en Grecia. Estas temperaturas extremas pusieron de relieve las condiciones sumamente difíciles en las que viven estas personas y la falta de medios para ayudarles en situaciones de emergencia.

A ello le han seguido una serie de suicidios y casos de autolesión de personas refugiadas y solicitantes de asilo. La última, el intento de suicido de un refugiado sirio en la isla de Quíos. Esta persona se quemó a lo bonzo como forma de protesta por el retraso en el procesamiento de su demanda de asilo. Sufre quemaduras en el 90% de su cuerpo y ha sido trasladado a Atenas para recibir tratamiento médico.

En la isla de Quíos la situación es especialmente difícil. Hace un tiempo ultra derechistas atacaron a la población refugiada del campo de Souda e hirieron al menos a dos personas. Dos activistas que intentaron ayudar a personas refugiadas también sufrieron agresiones y tuvieron que ser hospitalizados.

Esta situación es una de las consecuencias directas del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, mediante el cual los líderes europeos han abandonado a las personas solicitantes de asilo en las islas griegas. Quieren enviarlas de regreso a Turquía, bajo la suposición errónea de que sus derechos serán respetados allí. Sin embargo, estos retornos no han ocurrido de la manera esperada, desencadenándose un desastre humanitario.